Termina, el secuestro de una italiana embarazada de ocho meses

Marcella Boroni, la mujer secuestrada en Milán, embarazada de ocho meses, fue puesta en libertad a las cuatro de la madrugada del domingo. A pesar de la prohibición de la Magistratura italiana, que había secuestrado ya a la familia de Marcella 250 millones de pesetas que estaban a punto de entregar a los bandidos, la familia consiguió el viernes por la tarde entregar 150 millones a los secuestradores.

Marcella dijo que había estado prisionera desde el 9 de octubre en una habitación con un gran cortinaje rojo, que la habían tratado bien, que incluso le habían suministrado las medicinas que había aconsejado su ginecólogo y que tuvo la posibilidad de preparar algunas cosas de lana para el ajuar de su futuro hijo. Quien le daba de comer era siempre un hombre encapuchado. La señora Boroni no fue dejada, como sucede casi siempre, en un descampado o en una carretera a las afueras de una ciudad, sino que fue entregada al sacerdote Mario Fra, párroco de Bicoca, quien la llevó al castillo de su familia. Marcella es hija del famoso editor De Agostini. Tiene 33 años, y su ginecólogo dice «que todo va bien». Los menos satisfechos son los magistrados, que se han visto burlados por la familia.

Todas las madres de Italia han respirado de alegría. Y ahora que la madre y el niño se han salvado los más maliciosos dicen que sería importante que el Ministerio de Hacienda indagara para saber cuánto declara de renta la familia De Agostini.