Convivencia o catástrofe
«(...) Creemos que la pastoral del cardenal primado es un excelente plan de actuación para los católicos desde el día siguiente a la aprobación de la Constitución, si ésta es aprobada. El cardenal primado pasar revista a los puntos negros de la Constitución, y su exposición debe servir como una vibrante llamada de atención. La aprobación de la Constitución, como hemos venido diciendo reiteradamente desde hace tiempo, no puede ser el final de nada, sino el principio de una dura lucha legal, para la que tenemos que empezar a prepararnos. (...)Argumentar desde el supuesto de "una nación de bautizados, de cuya inmensa mayoría no consta que hayan renunciado", nos parece una piadosa ilusión. Mire cada cual alrededor suyo y conteste si la existencia de dos Españas no es una evidencia, y lo mismo que desde un lado se hacen determinados reparos a la Constitución, desde el otro lado se la critica por las razones opuestas. (...)
La Constitución no ha inventado nada; se ha limitado a recoger la fórmula de otros países donde los católicos actúan y consiguen victorias importantes y presencia social, gracias a la fuerza de sus organizaciones, a su cohesión y entusiasmo, a la firmeza de su fe. ¿Seremos tan distintos los católicos españoles que necesitemos que nos hagan una Constitución para nosotros solos? (...)
La Asamblea Episcopal ha pedido a los creyentes que "midan el alcance de esta decisión histórica en la que se aspira a establecer las bases de convivencia para todas las personas y pueblos de España", pero al hacernos las anteriores consideraciones nosotros nos preguntamos, yendo más allá de los resultados del referéndum, hasta qué punto ciertas actitudes que reaparecen en nuestras masas católicas no tienen raíces poco cristianas. (...)
Una Constitución se justifica moralmente, según la Asamblea Episcopal, si salva globalmente tres exigencias: que ofrezca una base idónea para la convivencia, que garantice suficientemente los derechos y libertades y que respete los valores espirituales. Nosotros creemos que la Constitución satisface plenamente la primera exigencia y que los reparos posibles a la segunda y a la tercera se deben dirigir no a la Constitución, sino a su posible desarrollo en una dirección determinada. (...)»
30 noviembre
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