Corrupción, la que se quiera
«Si todos los casos de corrupción detectados dentro de la Seguridad Social fueran presentados ante los tribunales, el sistema quedaría colapsado hoy mismo.» Tan tajante afirmación corresponde a los responsables de la Federación de Sanidad de UGT, cuyos afiliados han logrado reunir un amplio dossier sobre la corrupción en la Seguridad Social que ha sido entregado al grupo parlamentario socialista, como contribución al debate parlamentario que sobre el sistema tiene solicitado este partido.Sin llegar a tanto, los propios responsables de la Seguridad Social reconocen que la actual estructura del sistema, especialmente en el ámbito de la asistencia sanitaria, permite cuanta corrupción se quisiera dar, «lo que no presupone que las situaciones anómalas no fueran atajadas por los órganos de control del aparato gestor». No obstante, la propia reforma ahora en marcha trata de modificar la gestión para evitar la proliferación de situaciones anómalas como las que últimamente han saltado a la prensa y que culminaron en el cese de seis altos directivos de La Paz (entre ellos, el director del centro).
En la actualidad son tres los canales de investigación dentro del propio sistema. De ellos, los Grupos de Investigación de la Seguridad Social (GISS) son los que hasta ahora se han revelado como más eficaces. No tienen estructura propia, sino que son el resultado de la actuación coordinada entre los Ministerios del Interior y de Sanidad y Seguridad Social, junto con los inspectores médicos del INP. Su finalidad es la vigilancia de supuestos fraudes tanto en hospitales concertados (hasta ahora se han investigado cuarenta de estos centros, lo que ha originado la presentación de veinte denuncias por fraude) como en los centros sanitarios propios. Están integrados por miembros de la policía gubernativa, Guardia Civil e inspectores médicos del INP.
No obstante, la inspección más espectacular, al menos la que mayor eco ha tenido en la prensa, es la que realiza la Inspección General de Servicios, cuyos miembros investigaron recientemente en La Paz y el pasado 2 de noviembre concluyeron su inspección en el Piramidón. En este centro las principales anomalías detectadas, según el informe al que tuvo acceso EL PAIS, hacen referencia a graves defectos de contratación de personal, originadas, según el mismo informa, por el desorden y descontrol existentes en el centro.
Este descontrol llegó a producir situaciones tales como la falta de registro de los enfermos, lo que motivó que cincuenta de ellos no figuraran como ingresados en un momento dado. El desorden afecta, fundamentalmente, al almacenamiento de material, clínico, el cual se encuentra aún sin inventariar, y de manera especial a la cocina, donde se realizan las compras sin la debida prospección de mercado.
No obstante, la inspección no ha descubierto ningún tipo de fraude económico, si bien ha detectado que el consumo de material clínico ha disminuido en los últimos meses, aunque en este mismo período ha aumentado el número de enfermos.
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