Satisfacción popular en La Paz por el "cuartelazo"

Decenas de miles de bolivianos saludaron ayer en la capital boliviana, La Paz, el golpe militar que ha derrocado al presidente boliviano, Juan Pereda, y ha instaurado un nuevo ejecutivo que promete elecciones presidenciales para junio del año próximo y la devolución del poder a los civiles el próximo mes de agosto.

El golpe, que ha sido definido como «cuartelazo», se desarrolló de modo incruento en las primeras horas de la madrugada del viernes, tras el fracaso de las gestiones entre la oposición moderada y grupos de jóvenes oficiales con el ahora ex presidente Pereda para lograr el adelantamiento de las nuevas elecciones a la presidencia de la República. A la cabeza del golpe figura el comandante en jefe del Ejército boliviano, David Padilla, recientemente ascendido por el propio general Pereda y hasta hace muy poco, edecán-hombre de confianza del ex presidente Hernán Siles Zuazo, líder de la Unidad Democrática y Popular, partido más fuerte de la oposición boliviana.La noche del jueves se observaron movimientos en las principales guarniciones del país, ya que el propósito de los organizadores de la manifestación, prevista y desarrollada ayer, era el de mantener la convocatoria. La oposición pide reiteradamente la dimisión del general Pereda, que previamente había abandonado, para regresar luego, el palacio presidencial. Poco antes de las tres de la madrugada del viernes, militares vestidos de paisano entregan en las redacciones de los principales diarios de La Paz un comunicado en el que se anuncia el derrocamiento del general Pereda. El comunicado aparece rubricado por el comandante David Padilla, hombre de confianza de Siles Zuazo.

Simultáneamente se observan movimientos de tropas en algunos nudos estratégicos de la capital boliviana, mientras una hora después un destacamento del regimiento Ingavi se adueña, tras rodearlo, del palacio presidencial. A las cinco de la madrugada, carros de combate provistos de ametralladoras de grueso calibre controlan el palacio, y se impide el acceso de la prensa. Tres cuartos de hora más tarde, un portavoz del presidente Pereda anuncia su decisión de aceptar su dimisión de la más alta magistratura boliviana, bajo el argumento de que quiere impedir «inútiles enfrentamientos entre las fuerzas armadas».

Hasta las seis y media de la mañana no se anuncia que el general Padilla Arancibia encabeza el pronunciamiento militar, para media hora después escucharse a través de las principales emisoras de radio que el ex presidente Hernán Siles Zuazo, dirigente de la UDP, apoya el golpe, que califica de patriótico.

En el curso de la tarde de ayer el comandante en jefe David Padilla da a conocer la composición de su Gabinete, formado por militares cuyos grados varían entre los de mayor y coronel, siendo exclusivamente civil el titular de Asuntos Exteriores. Para la cartera del Interior ha sido designado Raúl López Leyton y algunos de sus compañeros son considerados como progresistas, dentro de un tono general de moderación. Previamente, David Padilla establecía contactos con la UDP de Siles Zuazo y como puntos definitorios del curso político del Gabinete se anunciaba la elección presidencial para el mes de junio y la instauración del nuevo presidente electo por los bolivianos para el 6 de agosto de 1979.