El Rey compara la evolución democrática en España y Perú
El discurso del Rey de España ante la Asamblea Constituyente de Perú y la reafirmación del presidente Francisco Morales Bermúdez de la decisión de su Gobierno militar de proseguir con el programa democratizador de este país son los dos hechos más significativos de la segunda jornada de la visita de los Reyes de España a Perú.El discurso del Rey de España ante la Asamblea Constituyente de Perú es, sin duda, el de mayor significado político de los pronunciados hasta ahora por don Juan Carlos en su largo periplo por tierras de América Latina. Las palabras de don Juan Carlos revisten un especial interés porque al referirse al proceso constitucional peruano lo hizo también en relación con el español, que tocará a su fin el próximo día 6 de diciembre.
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Don Juan Carlos: "España está en trance de darse una Constitucion democrática, fruto de la concordia"
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Es la primera vez que el Rey habla en público sobre la Constitución española y de ella dijo ayer en Lima: «En este momento España está en trance de darse ena Constitución democrática y libre, fruto de la concordia entre las distintas tendencias que encarna la representación legítima del pueblo español.» Don Juan Carlos, en sus palabras, hizo a menudo comparaciones entre la evolución democrática peruana y española, resaltando que «en la modernización de nuestras estructuras políticas, económicas y culturales los pueblos hispánicos de uno y otro lado del hemisferio hemos conocido, y con frecuencia padecido, experiencias, fenómenos y desajustes similares».
El Rey dijo después que «pocos son los ejemplos aducibles de evolución constitucional no accidentada». Añadió que la modernización del Estado «exige tanto el sometimiento del ejercicio del poder a la disciplina de la ley, como la racionalización de la estructura y función de los poderes públicos por referencia a normas ciertas, así como la reducción de las desigualdades».
Don Juan Carlos declaró después que la elaboración de una Constitución «conlleva la difícil, pero factible, tarea de lograr esa especie de unidad entre los pueblos». «Es decir, por un lado, la de hermanar los valores políticos inspiradores de un orden democrático y libre con la firmeza de la organización y acción estatales. Por otro, la de armonizar el poder con el derecho, a fin de que, como decía un bello texto medieval, "no decaigan ni el poder de la justicia ni la justicia del poder". Por otro aún, la de hacer compatible la máxima participación de todos en los bienes materiáles y culturales con las demandas del desarrollo económico y natural contraposición de intereses».
Finalmente, don Juan Carlos dijo: es objetivo del proceso constitucional el «lograr la adecuación entre la firmeza de líneas estructurales de la Constitución con la pluralidad de opciones para su actualización por distintas tendencias y programas políticos».
Las palabras del Rey fueron acogidas con aplausos de la asamblea. En la mañana de ayer, los Monarcas españoles habían hecho una entrega de flores a los monumentos a Pizarro, Manco Capac y próceres del Perú. Asimismo, don Juan Carlos conversó durante dos horas con el presidente del Perú, Francisco Morales Bermúdez, sobre las relaciones bilaterales, política internacional y situación interna de ambos países.
Declaraciones del presidente Morales Bermúdez
Sobre estos temas, el presidente del Perú, general Morales Bermúdez, habló con los informadores españoles que cubren en Lima la visita real. El presidente -que se espera sea el último de los militares en el poder desde el golpe de 1968- es consciente de su impopularidad, pero afirma que este coste debe sufrirlo su Gobierno para conseguir una estabilidad económica, salir de la difícil crisis económica y social que atraviesa Perú y concluir el programa de democratización, hoy en período constituyente, y que «permitirá que entreguemos a los civiles el poder a lo más tardar en 1980 o, incluso, antes», afirmó el presidente.
El general Morales Bermúdez declaró, sin reparos, las excelentes relaciones existentes entre Perú y España y se mostró especialmente entusiasta de la articulación española en la América Latina: «La comunidad iberoamericana de naciones existe -dijo-, es una realidad viva, pero hay que matenalizarla con instituciones y con la especial presencia de España.» Se declaró favorable ala incorporación definitiva de Espafia al Pacto Andino -«en directo» diría-, y afirmó que ya existe una comisión mixta y un estatuto de observador para España que pronto puede dar frutos en favor de una articulación definitiva, preparación de programas de desarrollo comunes y de realización de empresas multinacionales iberoamericanas, como el banco hispano americano que se está estudiando para su próxima creación.
Sobre la situación interna de Perú, el presidente Morales Bermúdez destacó el duro programa económico del Gobierno, destinado a reducir la inflación y la deuda exterior, guardando más reservas para el desarrollo interno. Asimismo habló de las posibilidades de cooperación equilibrada con España, y citó los acuerdos minero y de fósfatos que se firmarán hoy entre España y Perú como los resultados económicos más importantes de esta visita. Una visita que discurre sin fervor popular, que un sector de la población muy opuesto al Gobierno intenta capitalizar para hacer más ostensible su oposición -ayer se inició una huelga de profesores, cuyo alcance se desconoce por el momento- y que, en lo que respecta a la organización oficial española, aparece con un planteamiento erróneo: en vez de destacar los progresos políticos y culturales del acercamiento hispano-peruano, los organizadores parecen más dispuestos, en el ámbito informativo, a facilitar el trabajo de la prensa gráfica y del corazón, y ello en contra de los propios deseos del Rey, quien, en una amable conversación con los informadores en su tercer aniversario de la subida al trono -que celebró en privado con la Reina- se declaró muy emocionado de su paso por México y esperanzado de los resultados de la visita a Perú por el significado político, cultural y de amistad entre los pueblos hispanoamericanos que este periplo encarna.
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