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La industria alemana, preocupada por su dependencia en el suministro de materias primas

El Gobierno federal iniciará esta semana el estudio de uno de los puntos más espinosos de la moderna historia alemana: la elaboración de un proyecto para garantizar a la industria de la República Federal la provisión de materias primas especialmente necesarias. El tema «suscitará intensas polémicas en el interior y en el exterior», según los funcionarios del ejecutivo.

Alemania occidental, pobre en materias primas, rica en tecnología de elaboración, poderosa en capacidad de intervención en el exterior, afronta una vez más un antiguo problema, constante a lo largo de su historia, y que ahora choca con una realidad: gran parte de las materias consideradas estratégicas proceden de países regidos por dictaduras derechistas, especialmente la racista Suráfrica. Según la comisión de subsecretarios para cuestiones relacionadas con las materias primas, si por cualquier razón de índole política, Pretoria redujese. en un 30 % sus exportaciones de cromo a la RFA, este país sufriría una regresión en su producción industrial de hasta el 25 %, lo cual significaría la desaparición de varios millones -siete, según nuestros cálculos- de puestos de trabajo.Ni la comisión ni el ministro de Economía, conde Lambsdorf, han querido dar a conocer más detalles, porque este mineral, al igual que el manganeso, wolframio, platino y algún otro, son «materiales estratégicos». Días pasados la Unión Cristianodemócrata acusó al Gobierno de «claudicar de obligaciones derivadas del sistema de economía de mercado (capitalista)», al no ocuparse de garantizar por todos los medios la necesaria provisión a la industria alemana, temerosa de crisis políticas en dirección izquierdista en los países ricos en estas materias primas.

Empresarios alemanes, por su parte, han dado a conocer un catálogo de «dependencias» advirtiendo que será decisiva la postura de los Gobiernos de los países explotadores de las materias citadas respecto de la RFA. Según los industriales, se encuentra especialmente amenazada la provisión alemana de cobalto (principales reservas en Zaire, Nueva Caledonia, Zambia y Cuba), cromo (Suráfrica y URSS), caucho (Malasia, Indonesia y Tailandia), antimonio (China, Bolivia, Suráfrica y URSS), platino (Suráfrica y URSS), zinc (Indonesia, China, Tailandia, Bolivia y Malasia), wolframio (China, URSS y Canadá), manganeso (URSS, Suráfrica y Gabón) y asbesto (URSS y Suráfrica). Los grandes empresarios industriales de la RFA desean que se inicie una política de diversificación respecto del origen de las importaciones de estos productos clave, pero el predominio de Suráfrica y de la URSS en la lista de ofertas lleva a pensar que mientras no surjan nuevos yacimientos en países neta y sólidamente prooccidentales, no parece que exista otra vía que la de mantener la actual orientación exterior del régimen de Pretoria.

Las reservas de estos minerales acumuladas en la RFA apenas permitirían un respiro si se produjese un corte en los suministros desde los países de origen.

Ante las perspectivas que se avecinan, como consecuencia de la imperturbable posición del Gobierno blanco surafricano, los alemanes temen una radicalización en el sistema político del país, lo cual haría que la crisis de provisiones se extendiera a Rodesia y Namibia.

Los tres países ostentan el 30% de las reservas de materiales estratégicos existentes en el mundo.

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