La rebelión de los ayatollahs, entre el Islam y la guerrilla
Ruy González Clavijo, embajador del rey de Castilla ante el gran Tamerlán, fue el primer europeo que habló con entusiasmo y conocimiento de Teherán, después de haber visitado la ciudad en 1404. La curiosidad de aquellos primeros emisarios de los reyes de España, grandes descubridores, contrasta con la de los que actualmente tienen que realizar funciones informativas similares. Son numerosos los Gobiernos, entre ellos el español, que se han quejado de la información puesta a su disposición al estallar la rebelión iraní
El Gobierno norteamericano afirma haberse encontrado sin otra alternativa que la de apoyar a fondo al sha, debido a la carencia de sus servicios informativos, acusados de no haber anticipado la rebelión de los ayatollahs, ni informado de una manera solvente, sobre posibles alternativas. Sólo Francia, con una clase gobernante más ilustrada y experimentada, se ha atrevido a invertir en futuro y ofrecer respaldo al hombre que incuestionablemente controla desde París las calles de Teherán y las ciudades más importantes de Irán, ayatollah Ruhollah el Khomeiny.Cuando el 8 de septiembre el Ejército dispara contra los manifestantes en la capital de Irán, y deja en la calle cerca de 1.500 cadáveres, los diplomáticos extranjeros se ven tan sorprendidos por la brutalidad de la represión como por la amplitud y profundidad de la revuelta. En pleno apogeo de la política de liberalización emprendida por el poder, cuando apostaban a una reconciliación del sha con el país, el descubrimiento de esa violencia asombra a las embajadas. En enero, sin embargo, las violentas manifestaciones en la ciudad de Qom, en protesta contra una campaña de desprestigio organizada por el entonces ministro de Información contra el líder religioso en el exilio Khomeiny, deberían haberles alertado. Más aún, la muerte en circunstancias misteriosas, el 29 de octubre anterior, del hijo de Khomeiny debería haber sugerido que el hombre que dirigió la revuelta de junio de 1963 (de Moharram, mes de duelo religioso, que este año coincide en diciembre) iba a salir del silencio de su exilio. En 1963 la revuelta nacionalista quedó truncada. Quince mil personas perdieron la vida en esos días y Khomeiny fue encarcelado primero y luego forzado al exilio.
En 1978, y a pesar de la distancia en el tiempo, los motivos de aquella rebelión de 1963, que es la misma que la que en 1953 había llevado al poder a Mossadegh, derrocado por la CIA, siguen siendo válidos, pero a ellos se ha añadido la corrupción que trajo la bonanza del petróleo, el despojo del país por todos los que se han beneficiado de esas riquezas, principalmente la propia familia del sha.
La mayoría de los campesinos iranies, arruinados en esos años a causa de las importaciones masivas de productos alimenticios, emigraron a la capital a la búsqueda de trabajo y constituyeron en ella una clase marginal y marginada que sólo tenía aspiraciones. La reforma agraria, iniciada a principios de la década de los setenta, sirvió al sha para despojar al clero chiita de sus tierras"
La mezquita, un factor movilizador
La represión de los partidos políticos convirtió a los mullahs y sus mezquitas en muros de lamentaciones populares. Las inversiones suntuarias del sha, muchas veces proyectos de prestigio, empezaban a ser criticadas. Por otra parte, la gratuidad de la enseñanza cuadruplicó en poco tiempo el número de alumnos secundarios y universitarios, principalmente en Teherán. Estos, hijos en su mayor parte de los catorce millones de analfabetos con que cuenta el país (de una población total de 36 millones), politizaron rápidamente los recintos universitarios.Simultáneamente, el sha, al decidir demagógicamente que las empresas del sector privado vendiesen el 49% de sus acciones a los obreros (el 90% en el sector público) creó un gran descontento en un sector que empezaba a preocupar se de la industrialización. Estos mismos son los que hoy abandonan rápidamente al sha y niegan la legitimidad de la dinastía.
En estos últimos días de manifestaciones, 20.000 drogadictos de la ciudad de Rasht, al Norte, se lanzaron a las calles para solicitar mayores cuotas de drogas. Existen cerca de dos millones de drogadictos en todo el país, oficialmente protegidos y suministrados de droga. Entre la revuelta de 1962 y la de ahora Amnesty International ha registrado una población penal, por motivos políticos, de más de 50.000 personas.
Una radicalización creciente
Hoy, aunque la revuelta conserva su nacionalismo original, algunos sectores se han radicalizado. El partido comunista TUDEH, que alcanzó su mayor influencia en los tiempos de Mossadeq, dispuso, hasta que la URSS hizo las paces con el sha, de una emisora clandestina Peik e Irán (La voz de Irán) que transmitía, según se creía, desde las zonas rusas del Caspio. En algunas ciudades pequeñas pero industrializadas, donde el TUDEH es fuerte, se ha llegado a solicitar en estos días la formación de una «república popular democrática». El TUDEH, que cuenta con grupos de choque, es siempre una carta en manos de los dirigentes del Kremlin, que por el momento actúan con una gran cautela. Aunque no existen evidencias claras de intervención soviética, en los últimos días antes de la íniplantación del Gobierno militar algunas informaciones parecían indicar que grupos de acción de la localidad de Karaj, próxima al Caspio, recibieron importantes cantidades de armas, En la década de los años sesenta, la represión de la SAVAK llevó a la constitución de grupos locales terroristas.Los extranjeros ignoran en gran medida que todo el movimiento rebelde de los ayatollahs cuenta con un teorizador, el doctor Chayati, profesor de teología de la ciudad santa de Mashad, autor de cerca de cuarenta volúmenes y asesinado en Londres. También se desconoce que la guerrilla urbana tiene un teorizador en A. Pouyan, considerado el Che Guevara de Irán, que escribió un libro titulado Imperialismo, izquierda revolucionaria y movimiento guerrillero, y que ha proporcionado la base teórica a organizaciones hoy prácticamente desmanteladas como la ya citada, la Ideales del Pueblo, -el Partido de las Naciones Islámicas, Moudjahidine al Khaaq y quizá al propio Movimiento de Liberación de Irán, que forma parte del actual Frente Nacional de Karim Sandjabi.
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