Chirac, hostil a la entrada de España en la CEE
«Hoy por hoy soy completamente hostil a la entrada de España y Portugal en la Comunidad Económica Europea (CEE)», afirmó el presidente de los gaullistas y alcalde de París, Jacques Chirac, el domingo último, con motivo de la celebración en París de un congreso extraordinario de su movimiento, Agrupación por la República (RPR), para definir su doctrina respecto a la elección del Parlamento Europeo por sufragio universal, que se celebrará el próximo mes de junio. Sobre esta cuestión, el RPR se manifestó favorable, pero solicitó nuevas garantías al Gobierno para que el futuro Parlamento no sobrepase los poderes del actual.
El alcalde de París no pone en entredicho la vocación europea de la Península Ibérica y de Grecia, «pero Portugal y España no están en condiciones de aceptar los condicionamientos que los miembros actuales se han impuesto». Por otro lado, añadió el líder gaullista, «Francia no puede soportar la invasión de los productos agrícolas provenientes de estos países». Por el contrario, en opinión del señor Chirac, «Grecia es un caso diferente y ya se han impuesto ciertas normas comunitarias. Ahora bien, por lo que concierne a España y Portugal, nuestra posición actual podrá evolucionar con el tiempo».En estos términos, durante el congreso extraordinario dedicado por el RPR, el domingo, a elaborar su doctrina europea, quedó fijada oficialmente la actitud gaullista respecto a la ampliación del Mercado Común. Recientemente, el presidente de la República, Valery Giscard d'Estaing, durante una comida de trabajo con el primer ministro griego, señor Caramanlis, prometió a este último que Grecia entraría en el Mercado Común el año próximo. Por otra parte, múltiples estudios prueban que la adhesión griega no representa un problema para Francia.
Tras el festival de la ciudad de Lille de hace una semana, organizado por el Partido Socialista (PS) para lanzar su campaña electoral por las elecciones de junio de 1979, que definirán el primer Parlamento comunitario elegido por sufragio universal, ahora se ha pronunciado el RPR gaullista. En definitiva, a pesar de los amagos que periódicamente han repetido los gaullistas contra el europeísmo del presidente de la República, el resultado del congreso de anteayer fue relativamente «giscardiano». A lo largo del día, en el hotel Sheraton parisiense, 1.200 congresistas aplaudieron rabiosamente cuando el arcángel del gaullismo, Michel Debré, con su estilo y tono elegíacos, anunció el cataclismo de «la Europa centrista, germen del declive de Francia». Los mismos aplausos se repitieron cuando otro jefe histórico del gaullismo, Alexandre Sanguinetti, criticó ásperamente al señor Giscard y a «su» Europa para anunciar que «desde hoy paso a la oposición al poder que apoya nuestro movimiento». El señor Chirac aclararía después que era posible pasar a la oposición y, al mismo tiempo, pertenecer al movimiento RPR. Por el contrario, los congresistas silbaron a placer la defensa de Europa pronunciada por otro barón gaullista, Olivier Guichard. Pero al final de la jornada, los herederos del general, Charles de Gaulle, que habían iniciado los trabajos escuchando religiosamente la voz de «el hombre del 18 de junio» como un solo hombre, aprobaron la moción que había redactado el presidente del RPR, señor Chirac.
En este documento doctrinal sobre la construcción europea se aprueba la Europa confederal que respete la soberanía e independencia nacionales. Se acepta la asamblea elegida por sufragio universal y se le pide solemnemente al Gobierno que, en la próxima cumbre de Bruselas se solicite de los jefes de Estado y de Gobierno de los nueve que se comprometan a que el futuro Parlamento comunitario no se arrogue ninguna competencia que pueda alienar el poder soberano de las naciones.
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