_
_
_
_

Israel no aprueba los detalles del plan para su retirada del Sinaí

Pese al optimismo mostrado por el viceprimer ministro israelí, Igal Yadin, en su última conferencia de prensa, el Gobierno de Jerusalén no ha aprobado los detalles del plan para la primera retirada israelí del Sinaí tal como la ha presentado el ministro de Defensa, Ezer Weizman, según se indicó ayer a este diario en fuentes bien informadas. Weizman regresó ayer a Washington para reanudar las negociaciones con los egipcios y los norteamericanos.

Los acuerdos de Camp David prevén que las fuerzas israelíes se retirarán desde la línea El Arish, en el Mediterráneo, hasta Ras-Mohamed, en el mar Rojo, nueve meses después de la firma del tratado bilateral egipcio-israelí.El Gobierno de Jerusalén ha ratificado el principio de la retirada, pero no ha querido pronunciarse sobre la conveniencia de reducir el período de evacuación. Weizman propuso, sin éxito, que ese lapso se redujese a menos de los nueve meses. El Gabinete rechazó también otros aspectos militares de la retirada.

Se sabe que la discusión en el Consejo de Ministros ha sido muy fuerte, y que en determinado momento Weizman gritó a sus colegas: «Vosotros siempre podéis cambiar de negociadores.»

La «ausencia» de Menahem Begin, que acaba de iniciar una visita oficial a Canadá, ha pesado en las deliberaciones, ya que sólo el premier dispone de suficiente autoridad para adoptar una posición definitiva en las cuestiones en litigio. Se espera, así, al regreso de Begin para resolver el problema.

Washington, más «egipcio» que los egipcios

¿Por qué Begin ha escogido un momento tan delicado para hacer un viaje de seis días por Canadá?En medios cercanos a la presidencia del Consejo se nos contestó ayer lo siguiente: «Porque el primer ministro ha llegado a la conclusión, de que los norteamericanos están muy apurados, y en su deseo de terminar cuanto antes las negociaciones se muestran a veces más católicos que el Papa, es decir, más egipcios que los egipcios.»

Únete a EL PAÍS para seguir toda la actualidad y leer sin límites.
Suscríbete

«Begin -explican nuestras fuentes- ha querido, por tanto, indicar que no cederá a las presiones de Estados Unidos.»

Por lo demás, Begin ha hecho saber a Washington que tampoco ha renunciado a la financiación norteamericana para la construcción de dos aeropuertos militares en el Neguev, que deberán reemplazar a los que serán evacuados del Sinaí. Israel exige que los mil millones de dólares previstos para esa obra sean «donados» por Estados Unidos, como lo prometió Carter a Begin. En cuanto al costo de la supresión de los demás dispositivos militares en el Sinaí y su instalación en el Neguev, el primer ministro ya no pide una donación, sino un préstamo a largo plazo (veinticinco años) y bajo interés, por unos 2.300 millones de dólares.

Muchos de sus ministros se han irritado por ese gesto «grandioso», o «dispendioso», que, además, Begin hizo sin consultar a nadie. Sin embargo, en la presidencia del Consejo se nos senaló ayer que «aceptar una suma tan importante como los 2.500 millones de dólares, en calidad de "regalo", significaría entregarse, con pies y manos atados, a la buena voluntad norteamericana. ¿Cómo podría después Israel resistir las presiones de Washington?»

Mientras tanto, los israelíes votaron ayer en unas elecciones municipales que pueden proporcionar nuevos indicios sobre la posición interna de Begin. De acuerdo con el nuevo sistema electoral, los israelíes podrán elegir alcaldes en forma separada del partido que apoyen.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_