Primer aterrizaje oficial en el nuevo aeropuerto de Tenerife

Pasadas las diez de la mañana de ayer, hora insular canaria, tomó tierra el primer avión que utiliza de forma oficial las pistas del nuevo aeropuerto transoceánico de Tenerife, Reina Sofía, cuya inauguración oficial la protagonizará el próximo lunes Su Majestad la Reina.

Este primer vuelo pertenece a la compañía Iberia, arribó a Tenerife procedente de Arrecife de Lanzarote y portaba veintiocho pasajeros. Su aterrizaje se produjo con una demora de 93 minutos sobre la hora prevista.Seis años y medio han transcurrido desde que el entonces presidente del Cabildo insular, Andrés Miranda, hiciera público en un pleno de la Corporación el ofrecimiento al Ministerio del Aire de once millones de metros cuadrados para la construcción del nuevo aeropuerto, que los isleños consideraban fundamental para Tenerife, dadas las deficitarias condiciones del otro aeropuerto, el tristemente famoso de Los Rodeos.

No ha sido, sin embargo, fácil conseguir la inauguración del transoceánico Reina Sofía, que ha tenido que sortear toda serie de dificultades surgidas del enfrentamiento entre los intereses económicos de la misma isla y los de Gran Canaria. Ahora, con la inauguración del nuevo aeropuerto, se pretende que éste absorba el tráfico aéreo de Los Rodeos, el cual, desde su puesta en funcionamiento, ha acumulado una larga lista de víctimas que sobrepasa con creces el medio millar.

En 1941, una aeronave de la compañía Aviaco cayó sobre una casa y provocó la muerte de seis personas. En 1956, un avión de Iberia tropezó con,una máquina en la pista y su resultado fueron sesenta muertos. Cuatro militares, en 1966, vinieron a engrosar la lista de fallecidos. Al año siguiente, un DC-9 de la compañía Spantax sufrió un trágico accidente que acabó con el balance de 31 muertos. En 1968, otro aparato de Spantax observó anomalías antes de aterrizar y murió otra persona. El año 1972 fue una fecha trágica y premonitoria: se estrelló un Convair Coronado y fallecieron 155 personas. Cinco años después se producirla la mayor catástrofe aérea de todos los tiempos: el choque de dos Jumbos en las pistas de aterrizaje se cobró el alto precio de 561 víctimas mortales.