Confusión en la izquierda abertzale por el asesinato de Iñaki Olaiz a manos de ETA
Hasta la una del mediodía de ayer nadie dudó en Guipúzcoa que la extrema derecha era la responsable directa del asesinato de Olaki Olaiz Michelena, miembro destacado de la gestora pro amnistía de Andoain, acribillado a balazos el domingo por la noche. Los representantes de las gestoras pro amnistía de Euskadi, en su sede de San Sebastián, escucharon con absoluta incredulidad el informativo de Radio Popular en que ETA militar reivindicaba esta acción armada.
La escueta noticia daba cuenta de una llamada telefónica a la emisora en la que una voz en nombre de ETA asumía la responsabilidad del atentado, definiendo a lñaki Olaiz como un infiltrado en la organización ciudadana y anunciaba la difusión en breves horas de un comunicado explicativo.El escepticismo con que se recibió la información dio paso, en primer lugar, al desconcierto más absoluto cuando por los canales habituales se pudo confirmar la responsabilidad de ETA, y más tarde, a una psicosis de temor, ya que, de ser cierta la acusación de los milis, la policía podría contar en estos momentos con una información de primera mano de personas próximas a sectores radicalizados de la izquierda abertzale y de sus movimientos.
La reacción espontánea de uno de los miembros de la gestora pro amnistía de Andoain, precisamente la última persona que vio con vida a Iñaki Olaiz, fue la de una dura crítica a ETA militar nada más conocer la reivindicación. «ETA militar -dijo- tendrá que justificar bien esto, porque Iñaki Olaiz no podía ser un chivato. Era una de las personas que más trabajaban en la gestora. ETA se equivocó una vez y se le perdonó, pero como se haya equivocado otra vez ya veremos lo que pasa.» La gestora pro amnistía se reunió ayer por la tarde para tratar el tema.
Iñaki Olaiz, en la marcha a Burgos
Miguel Castell, abogado adscrito a los sector es de la izquierda abenzale, señaló a EL PAIS ante de conocer la reivindicación de ETA que Iñaki Olaiz era una de las personas más activas de la gestora pro amnistía. «La última vez que le vi- dijo el el letrado- fue el domingo 22 en Vitoria, en la marcha hacia la cárcel de Burgos.»
Iñaki Olaiz había participado recientemente en un encierro pro amnistía en Andoain-, fue el organizador de un mitin en el que intervinieron Telesforo Monzón, Iñaki Esnaola y Miguel Castell; en el verano de 1977 participó en la marcha de la libertad de Euskadi y el domingo mismo, horas antes de morir, participó en una manifestación pro amnistía en Tolosa.
Los asesinos pusieron dinero en sus manos
Fuerzas de la Guardia Civil encontraron ayer a las cinco de la madrugada el cadáver en el interior de su coche, rodeado de un charco de sangre y con impactos de bala en la cabeza y en el costado.
Los autores habían colocado un billete de quinientas pesetas en una de las manos de la víctima. En el lugar del suceso, la cantera de San José, situada en el término municipal de Urbieta, fueron hallados diez casquillos de bala marca Geco, nueve milímetros Parabellum. El automóvil propiedad de la víctima presentaba también dos impactos de bala, que, según los técnicos, se habían disparado desde dentro hacia fuera.
Iñaki Olaiz se despidió hacia las once menos cuarto de la noche de dos amigos y, ya en las proximidades de su casa, que se encuentra situada frente al cuartel de la Guardia Civil fue abordado por varias personas armadas que se introdujeron en el coche y obligaron a Iñaki a dirigirse hacia la cantera donde le dieron muerte.
En otros ambientes de Andoain fuera de las gestoras pro amnistía pero también abertzales, no ha extrañado tanto la reivindicación de ETA por considerar a la víctima una persona oscura «que nunca se sabía bien ni lo que hacía ni a qué se dedicaba».
Iñaki Olaiz tenía 42 años, estaba casado y tenía tres hijos. En estos momentos se encontraba en paro, aunque su actividad profesional normal era la de conductor de autobuses.
La Guardia Civil fue alertada a las 11.30 de la noche por el guarda del almacén de maderas Lasa y Lecumberri, próximo al lugar de los hechos, quien al escuchar dos ráfagas de metralleta llamó telefónicamente al cuartel de Andoain. Inmeatamente, fuerzas de la Guardia Civil se dirigieron al lugar pero la intensa niebla les impidió continuar las investigaciones, que fueron reanudadas a primeras horas de la madrugada.
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