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Ricardo Bofill continuará la construcción en Les Halles

Ricardo Bofill, el arquitecto catalán víctima de una decisión del alcalde de París, Jacques Chirac, relativa a la suspensión del edificio que construía en el antiguo mercado parisiense de Les Halles, no se da por vencido: «La historia de Les Halles, declaró ayer, no ha terminado. Lo ocurrido es un episodio.» El señor Bofill, en múltiples declaraciones a la prensa, aseguró haber dado órdenes a su equipo para continuar las obras.

En opinión del arquitecto, la decisión del alcalde de París es «iIegal y arbitraria» y ha nombrado un abogado para que defienda sus derechos. A su entender, el señor Chirac es un autoritario y «no hay diálogo posible con él». Este último, estiman algunos, para cubrir las apariencias y para disimular su «gesto humillante contra Bofill», declaró ayer: «Soy consciente del perjuicio moral sufrido por Bofill, de quien estimo que la villa de París debe utilizar el talento. Le confiaré tres proyectos en el plazo de uno o dos meses.»«La indignación y el contraataque vigoroso de Bofill es el arma más adecuada en su caso. Se ve que conoce la sensibilidad del alma francesa. Los responsables políticos de Madrid encargados de llevar a España al Mercado Común deberían contratarlo como director estratégico para dar vida a la triste y anodina relación. El está en consonancia con la satisfacción que manifiestan los franceses cada vez que les ponen un obstáculo más.» Esta valoración irónica, escuchada ayer en París, no es falaz, ni mucho menos, pero el señor Bofill tendrá que enfrentarse a muchos enemigos a la vez, sin que ello prejuzgue el resultado del combate: la decisión del alcalde de la capital, criticada en la fórma por algunos, ha sido aplaudida, sin embargo, prácticamente por todo el mundo.

En primer lugar, las asociaciones de vecinos del barrio se han felicitado, corno los consejeros socialistas electos del Consejo de París, como los ecologistas y de igual manera que una parte importante de la opinión con más influencia. Los representantes municipales del Partido Comunista criticaron «la política del hecho consumado» del alcalde. Pero es probable que también piensen como los demás. El folletón de Les Halles, como lo ha bautizado el propio señor Bofill a los diez años de cambios constantes de estrategia urbanística, ha sido aireado por el juego, de masacre del urbanismo político.

La decisión del señor Chirae contra el arquitecto catalán, apoyada en el «respeto a la arquitectura de los barrios viejos», es totalmente contradictoria.

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