Suárez sólo será presidente "transitorio"

Alfonso Guerra, número dos del PSOE, calificó ayer de «interpretación cínica» la facilitada a medianoche del miércoles por UCD -rompiendo el pacto de silencio acordado- y recogida por los medios de comunicación social, según la cual Adolfo Suárez será el primer presidente constitucional en virtud de la disposición transitoria octava de la Constitución, en la redacción adoptada por la Comisión Mixta Congreso-Senado.El señor Guerra aseguró que Suárez no será presidente constitucional, sino transitorio, forzado en un mes a someterse al voto de investidura o disolver las Cámaras y convocar elecciones generales y, en todo caso, a convocar las municipales, lo que supone, en definitiva, «un triunfo del PSOE», que siempre defendió estas tesis. Alfonso Guerra atribuyó a mala intención de UCD la presentación como éxito del partido gubernamental de la fórmula adoptada, de la que también se atribuyó su iniciativa, cuando en realidad la redacción final fue fruto de la propuesta socialista y teniendo en cuenta que los deseos de UCD eran que Adolfo Suárez se sometiera al voto de confianza, para el que sólo es precisa la mayoría simple, mientras que para el de investidura se requiere en la primera votación mayoría absoluta.

Sobre la posibilidad de que el señor Suárez obtenga esta mayoría si opta por someterse a la votación de investidura, Alfonso Guerra afirmó que sería necesario el voto afirmativo de los comunistas, ya que los votos de UCD y de las minorías nacionalistas no serían suficientes. Otros cálculos parlamentarios realizados coinciden en que la mayoría absoluta -mitad más uno de los miembros de la Cámará- puede obtenerse sin necesidad de los votos comunistas. En este sentido se manifestó el líder comunista Santiago Carrillo, entre otros. Entre las ventajas que, desde el punto de vista socialista, contiene la disposición transitoria octava, el señor Guerra destacó el que se fija un límite -15 de junio de 1981- a la continuidad de las actuales Cámaras; el establecimiento de una obligación jurídica para que el presidente Suárez dimita o disuelva las Cámaras, así como la consecuencia práctica de que en el plazo de treinta días habrá de desvelar todo el calendario político, incluidas las elecciones municipales, que el Gobierno está obligado a convocar.

El señor Guerra reveló que el Gobierno se encuentra dividido sobre las dos opciones a ejercer, siendo más ministros, pero cualitativamente menos importantes, los partidarios de elecciones generales, y menos, pero con más peso, los favorables a la investidura y a prolongar durante dos años el mandato del señor Suárez.

Sobre el trabajo general de la Comisión Mixta, Alfonso Guerra manifestó que habían prevalecido los acuerdos que favorecen las tesis más progresistas y no dudó en reconocer que muchas de las innovaciones fueron obra socialista. Respecto al preámbulo señaló que no prosperó el deseo del PSOE de declarar en él la voluntad popular de «constituir un Estado de Derecho» en lugar de la fórmula aprobada, que habla de consolidar dicho Estado de Derecho, por entender UCD que, de lo contrario, «eso enfadaría al señor Fraga».

En cuanto a los acuerdos positivos destacó el sometimiento del artículo que regula la enseñanza a la exigencia de mayoría absoluta para la aprobación, modificación o derogación de la ley orgánica que desarrolle su contenido; el mantenimiento de la regulación del medio ambiente; la supresión de la exigencia de mayoría absoluta del Senado para las leyes orgánicas sobre estatuto de autonomía; y la supresión del carácter de indivisible, inalienable e imprescriptible del patrimonio nacional. «Nosotros hubiéramos estado dispuestos a aceptarlo si en una disposición transitoria se estableciera también el cese del señor Fuertes de Villavicencio al frente del patrimonio nacional.»