Ofensiva griega ante la CEE y la OTAN

Los temas griegos en sus versiones económica, política y militar figuran actualmente en el orden del día de las dos organizaciones supranacionales con sede en la capital belga: el Mercado Común y la OTAN. En el primero, la Comisión Europea definió, al fin, el programa de período transitorio para el sector agrícola griego en su proceso de integración a la CEE. En el segundo, los diplomáticos y los militares de la Alianza Atlántica analizan las condiciones para un regreso completo al seno de la OTAN, capítulo en el que Turquía -Estado también miembro de la Otan- antepone ciertas condiciones relativas al control del mar Egeo.

Entre tanto, el primer ministro, Constantino Caramanlis, regresa a, Atenas, después de una gira política por Roma, París y Dublín con la esperanza de que Grecia ingresará oficialmente en el Mercado Común a primeros de 1980. Las negociaciones concluirían antes de fin de año, quedando todo el año 1979 para la ratificación y firma de los tratados de adhesión. De cumplirse el calendario, Caramanlis obtendría un éxito político de talla que, frente a nuevas citas electorales, puede venir muy bien a su partido de la Nueva Democracia. Sobre todo después del avance importante de la oposición en las elecciones municipales del último domingo.Para evitar complicaciones que puedan retrasar las negociaciones de adhesión a la CEE, el Gobierno de Caramanlis no tendrá otra alternativa que aceptar las rígidas normas de juego que la Comisión Europea (pensando en que detrás de Grecia viene España) impondrá a la exportación agrícola helena como período transitorio. El 65% de producciones agrícolas griegas (frutas y legumbres, vinos, tabaco, algodón, etcétera) necesitarán cinco años, a contar desde la entrada en vigor del tratado de adhesión antes de poder entrar libremente en los mercados comunitarios y respetar, al mismo tiempo, las reglas de la Europa verde. El 35% restante (carne bovina, productos lácteos, aceite de oliva y materias grasas, en particular) tendrá un período transitorio de siete años.

Calendario de la adhesión

Por una parte, Grecia tendrá siete años de plazo para ir abriendo fronteras a las materias grasas del norte comunitario. Pero, por otro lado, necesitará también siete años para introducir libremente su aceite de oliva en la CEE. Es la ilustración práctica del sí político de la CEE a la ampliación, con los consiguientes peros económicos.

Si paralelamente a su camino hacia la CEE los griegos negocian discretamente su vuelta al Comité Militar de la OTAN, del que salieron en agosto de 1974, tras los acontecimientos de Chipre, el programa de la OTAN para que Grecia vuelva al redil ofrece un compromiso político que Caramanlis podrá defender frente a su oposición socialista y comunista anti-OTAN.

Este programa consistiría en que las tropas griegas vuelvan al seno militar de la OTAN, bajo control nacional en tiempo de paz y bajo órdenes de la OTAN en caso de guerra. Cuando todo parecía ir por buen camino en ese proceso de regreso a la OTAN -que debe contribuir al buen clima en la carrera hacia la CEE-, salen los turcos, y en su condición de Estado miembro de la OTAN de pleno derecho quieren una definición previa de los límites nacionales del mar Egeo, punto de discordia entre Atenas y Ankara. Los griegos solicitan actualmente una resolución del Tribunal Internacional de Justicia de La Haya para que, en caso de declararse competente, delimite la soberanía de la plataforma continental de las islas griegas.