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Controles policiales: lucha más psicológica que efectiva contra la delincuencia nocturna

Quince días después de que los controles policiales nocturnos comenzaran a funcionar en Madrid, el ciudadano de noche comienza a acostumbrarse a encontrar la barricada en cualquier lugar. La utilidad de estos controles habría que enfocarla desde el factor psicológico de seguridad que supone, como contrapartida a una cierta psicosis de peligro en cada esquina. Este hecho, aceptado por el gobernador civil, ha sido calificado como maniobra electoralista, aunque lo cierto es que más de setecientas personas se han quedado en el filtro policial montado por 450 funcionarios.

Setecientas cuarenta y siete detenciones en horas nocturnas se produjeron en Madrid, desde el pasado día 4, fecha en la que entraron en funcionamiento los cincuenta controles policiales móviles creados por la Jefatura Superior de Policía de Madrid. Estos controles móviles, que se sitúan en lugares estratégicos de la ciudad, y cuya ubicación responde a una planificación diaria de la citada Jefatura, están dotados con nueve policías por control (entre inspectores del Cuerpo General y Policía Armada). Estos 450 policías, junto con otros quinientos de los servicios habituales de vigilancia nocturna, completan el panorama policial de la noche madrileña.De los 747 detenidos, aproximadamente un 20 % pasaron a disposición judicial y un porcentaje significativo al Tribunal Tutelar de Menores, ya que una gran parte de los detenidos tienen menos de dieciséis años. Las detenciones más comunes se produjeron por robos de coches, delitos contra la propiedad y las personas, portar armas y estupefacientes e ir indocumentados.

Tanto el gobernador civil de Madrid como el jefe superior de Policía mostraron su satisfacción por los «excelentes resultados que están dando los controles, que si bien pueden suponer una incomodidad para los ciudadanos madrileños, sirven de garantía a éstos frente a la escalada de la delincuencia».

«La idea de instalar los cincuenta controles móviles -comenta el jefe superior de Policía de Madrid, Francisco de Asís Pastor- surge ante la necesidad de poner fin a la escalada de delincuencia nocturna. Y, en especial, de la pequeña delincuencia. Esa delincuencia del robo de automóviles, del tirón, del asalto al ciudadano en plena calle, del susto, que es la que le preocupa directamente al ciudadano madrileño.»

«Es, en definitiva -continúa Pastor- la idea de terminar con esa psicosis que está tomando cuerpo entre los madrileños de que Madrid, a determinadas horas de la noche, es una ciudad inhabitable, que no se puede salir a la calle. Que a uno le pueden atracar en cualquier esquina, y que el aumento de la delincuencia está convirtiendo Madrid en una ciudad verdaderamente violenta. Esto sólo sería cierto en parte, y contra ello estamos trabajando en los controles. Pero puedo decir, a la vista de comparaciones con ciudades como París y Roma, por ejemplo, y, por supuesto con Nueva York o Los Angeles, que el índice de delincuencia de Madrid entra en la categoría, hablando desde un punto de vista policial, de relativamente bajo.»

Al igual que el gobernador civil, Juan José Rosón, Francisco de Asís Pastor cree que los controles nocturnos no son eficaces desde, el punto de vista de la detención de delincuentes importantes, de la gente de dinero, como se conoce en el argot a los chorizos importantes y a los jefes de bandas organizadas. «Porque es evidente -añade Pastor- que esa gente de dinero, como usted dice, no se arriesga a salir a la calle sabiendo que tiene cincuenta controles policiales en el lugar que menos se espera y que, además, esos controles son móviles. Pero puedo decirle dos cosas. Los deIincuentes importantes suelen trabajar cada vez menos en horas nocturnas (al contrario, la delincuencia que podríamos llamar importante se hace a plena luz del día) y, por otra parte, los delincuentes que vamos a llamar menos importantes nos están sirviendo para iniciar operaciones policiales que pueden llegar en muchos casos a la detención de gente verdaderamente peligrosa y a la desarticulación de bandas organizadas como la de El gasolina, realizada últimamente por funcionarios del Cuerpo General. »

Casi mil policías en la noche madrileña

Los controles policiales (cada día se hace una planificación distinta de los lugares en que se instalan, con independencia de que se puedan repetir los sitios) se instalan a partir de las diez de la noche y se mantienen hasta entrada la mañana, en que entra en servicio lo que podríamos llamar la policía de día, fúndamentalmente la policía de barrio y los coches zeta.Realmente no suelen empezar a ser operativos hasta la una de la madrugada, hora en que, según el señor Rosón, suelen haberse retirado a sus casas las gentes que han salidó al cine, al teatro o a cenar. «Gente que, generalmente, no suele ser sospechosa, y a la que se procura evitar las molestias de los controles », dice Rosón.

En cada control hay nueve policías. Dos inspectores de paisano del Cuerpo General, tres policías armados que ocupan la dotación de un coche zeta (también conocidos como lecheras) y cuatro polícías armados de una compañía de la Reserva General (antidisturbios) traída desde Toledo. Son los,inspectores («hemos creído menos violentó que sea un policía de paisano quien de forma muy educada y profesional retenga y registre en su caso a los vehículos que estime oportunos», afirma Rosón) los que detienen a los vehículos y examinan su interior y la documentación de sus ocupantes. Una parte de los controles cuentan con dispositivos automáticos que bloquean automáticamente a los coches que no respeten el alto. Esos pinchos destrozarían las cuatro ruedas del vehículo que intentara saltarse un control.

Además de los 450 policías que están en los controles, la Jefatura Superior de Policía mantiene todos los servicios policiales anteriores, de forma que, con aquéllos. son cerca de un millar de policías los que vigilan la noche madrileña. Otras cincuenta dotaciones de coches Z, otras treinta de coches K (Orden Público), cien policías que vigilan lugares como gasolíneras, oficinas de correos, etcétera, y otros cien inspectores, (cinco por cada una de las veinte comisarías madrileñas), además de otros funcionarios de distintas brigadas, completan el panorama policial nocturno madrileño.

Todos los coches cuentan con una emisora, conectada con la emisora central y con las de las demás dotaciones, como forma de apoyo entre los controles y las unidades móviles.

Un veinte por ciento de los detenidos, a disposición judicial

Según fuentes de la Jefatura Superior de Policía, aproximadamente un 20% de los casi ochocientos, hasta ahora, detenidos pasan a disposición judicial. Otro porcentaje considerable, al Tribunal Tutelar de Menores, ya que cerca de un 20% de los detenidos son menores. El mayor número de detenciones suele coincidir con los fines de semana (noches de viernes y sábados). Los motivos más comunes de detenciones son por robo de coches, portar útiles para robo, armas, estupefacientes, por delitos contra la propiedad y contra las personas, y personas indocumentadas.El jefe superior de Policía declaró a EL PAIS que la medida de establecer controles no es coyuntural y que es intención de las autoridades políciales mantener los mismos de forma indefinida, si bien en un futuro puede reducirse el número de controles paulatinamente.

Por días, desde el pasado 4 de octubre, el número de detenciones nocturnas fue el siguiente: día 4, veinte; 5, 87: 6. 82; 7,51; 8,37; 9. 42; 10.57. veintinueve; 12 59; 13, 15, 53; 16, veintiocho. treinta; 18, veintiséis, y 19, veintinueve

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