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Antonio Garrigues predice un despegue espectacular en la inversión extranjera

«Las tensiones sociales en España creo que han sido superiores a las esperadas. De todas formas, las empresas podrán superarlas. Pero no deben olvidar que la empresa es un conjunto de intereses y que hace falta un consenso entre todos los que participan en ella porque no se las puede sabotear. Los países que han conseguido integrar en la comunidad empresarial a todos los que actúan en ella son los amos del mundo, como Japón y Estados Unidos, países en los que existe una gran integración de los asalariados en las empresas.» Estas palabras corresponden a un experto francés en análisis empresarial, Octave Gelinier, autor de numerosos libros sobre los problemas humanos en la empresa. El señor Gelinier mantuvo ayer durante todo el día una jornada de estudio con un numeroso grupo de empresarios es pañoles, con la organización de la Asociación para el Progreso de la Dirección y de Indubán.

El señor Gelinier se mostró bastante optimista sobre el futuro económico español, aunque matizó que era necesario mejorar el clima social para que la economía española pudiera lograr mayores cotas de desarrollo. Incluso llegó a afirmar que «España es uno de los pocos países que puede aspirar a competir ventajosamente con los japoneses». Sin embargo, previamente había señalado que los europeos no están generalmente en condiciones de trasplantar el modelo japonés, ya que los sistemas sociales del viejo continente son bastante más rígidos y la reglamentación económica no está en condiciones de favorecer mayores niveles de productividad.

«Estoy convencido de que Japón será el año 2000 el país líder del mundo, incluso por delante de Estados Unidos.»

Señaló también el autor de Estrategia social de la empresa que, de acuerdo con la experiencia francesa, las empresas públicas funcionan algo mejor cuando tienen que competir con las privadas pero que cuando hay un monopolio, la situación se convierte en desastrosa. Todavía más peligrosas son las experiencias de empresas-administraciones, como el caso de Correos en Francia, en donde el gerente es un miembro del Gobierno.

El presidente de APD, Antonio Garrigues, manifestó en el curso de la reunión que los empresarios españoles deben afrontar la presente situación económica del país con una óptica diferente, que caracterizó en tres cuestiones: un optimismo a marchas forzadas, un mayor sentido de la responsabilidad, con la idea de que los cambios en las actitudes empresariales van a ser mucho más profundos de lo que los propios empresarios sospechan en estos momentos, y, en tercer lugar, un mayor conocimiento de lo que sucede en el entorno económico internacional. «La empresa española -dijo el señor Garrigues- tiene fuerza por sí misma para sacar el país adelante.». Vaticinó que las inversiones extranjeras experimentarán en los próximos meses un aumento «de escándalo»

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