_
_
_
_

Diez años para la incorporación total de España a la CEE, según Giscard

«El plan para la reestructuración económica del Suroeste empezará a realizarse a partir de 1980 y tendrá una duración de diez años», declaró anoche ante la televisión el presidente francés Valery Giscard d'Estaing, que horas antes había presentado dicho plan a los representantes de las instancias dirigentes a nivel regional de los tres departamentos que se verían más afectados por la ampliación de la Comunidad Económica Europea con la incorporación de España.

El «plan suroeste» está destinado a reestructurar la industria y la agricultura de la zona, con vistas a mejorar su competitividad frente a los productos españoles. Uno de los asistentes a la reunión con Giscard d'Estaing, el senador Raymond Courriere, afirmó, a la salida del palacio del Elíseo, que el presidente les había dicho que «no tienen por qué preocuparse en estas regiones, ya que antes de la integración total de España habrán transcurrido diez años».Se puede afirmar, entonces, que las grandes maniobras del Gobierno para hacer digerible la ampliación del Mercado Común a los agricultores del Sur empezaron ayer en París. El presidente se rodeó de una docena de miembros del Gobierno, con el primer ministro a la cabeza, para poner de relieve la importancia de la reunión y mejorar su credibilidad.

Frente a Giscard se sentaron diputados y representantes regionales de las tres regiones «amenazadas», muy particularmente por la participación económica española en el área comunitaria: Aquitania, Languedoc-Rosellón y Pirineos-Sur.

Las tres regiones antedichas representan el 21% de la superficie de la Francia metropolitana y están habitadas por el 12% de la población gala (55 millones de habitantes). Desde hace lustros, esta zona del suroeste se queja de abandono por parte del Estado. La agricultura, en primer lugar, así como las industrias tradicionales, como la artesanía y la madera, y las modernas (la investigación y el turismo) se verán afectadas por el plan suroeste, que aún no se conoce en sus detalles.

En cualquier caso, no pocos franceses reconocen que los problemas actuales de la región frente a la agricultura española, proceden fundamentalmente de una falta de previsión en materia de reconversión de cultivos e industrias y, paralelamente, de la descentralización. El presidente Giscard, con su plan, intenta poner al día la economía de la zona. Durante los últimos dos lustros, el Gobierno ha propuesto medidas que, o no se han realizado o han favorecido sectores políticamente «interesantes».

Ayer, tras las explicaciones del presidente, las reacciones de los representantes del suroeste no fueron unánimes, ni mucho menos. El señor Chaban Delmas, llamado el «duque» de Aquitania, gaullista-giscardiano, se mostró satisfecho: «Se trata de un plan decenal destinado no sólo a enderezar la economía de la región, sino que, además, asegura su desarrollo sistemático.»

El presidente, seguramente con la intención de desmentir a quienes ya ponen en entredicho la eficacia real de su plan, efectuará un viaje a Perpignan la semana próxima, de camino para Andorra.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_