Guerra de declaraciones UCD-PSOE

Las rotundas afirmaciones del secretario de organización del PSOE, Alfonso Guerra, en el Club Siglo XXI -«tras la Constitución termina el consenso y comienza la oposición»- tuvieron ayer una segunda parte en Valencia, donde el señor Guerra volvió a exigir la fijación de fecha para nuevas elecciones generales.Alfonso Guerra expresó su creencia de que UCD seguirá gobernando en solitario después del referéndum, y precisó que «de todas formas, no aceptamos un Gobierno de UCD con independientes que luego no lo son, ya que el caso portugués está muy cerca».

Al ser preguntado por el posible gobierno del PSOE, si ganase las proximas elecciones legislativas, el senor Guerra manifestó que estarían dispuestos a gobernar con «personalidades» de UCD, que no con UCD, al objeto de que los sectores más conservadores del país pudiesen digerir un Gobierno socialista. Al serle solicitados posibles nombres, dijo textualmente: «Es sabido que, actualmente, el único ministro que está realizando una política de saneamiento democrático es el de Hacienda, Francisco Fernández Ordóñez.»

Documento de UCD

Mientras se produce esta nueva ofensiva verbal del número dos del PSOE -que coincide con un período de silencio del secretario general, Felipe González-, un documento elaborado por el gabinete montado por UCD para el seguimiento de otros partidos vio la luz precisamente ayer. El texto, filtrado por la agencia Europa Press, analiza las posiciones adoptadas últimamente por el PSOE.Según el citado documento interno de UCD, el Partido Socialista ha mostrado durante las últimas semanas una exacerbada ambición de poder, que se convierte en su única obsesión. Constata que el PSOE no tolera la eventualidad de que surja una tercera fuerza sindical -posibilidad denunciada por Alfonso Guerra en la conferencia del Club Siglo XXI- y considera «panfletario» el contenido de su órgano de expresión, El Socialista.

Acusa al PSOE de haberse convertido en un partido «eminentemente electorero», y cita, entre otros datos, que su secretario general no cesa de repetir en todos sus recientes viajes que el año que viene estará en la Moncloa, mientras es sistemática la acusación contra el presidente Suárez y UCD de intentar mantenerse contra viento y marea en el poder, «cuando apenas hace dieciséis meses que uno y otro lo ocupan después de haber ganado limpiamente las primeras elecciones libres de este país».

El documento termina diciendo que el «clan de los sevillanos» controla de forma total el aparato del PSOE, y que pese a los intentos de potenciar a UGT, «lo cierto es que se trata de una sindical evanescente». El hecho de que UCD tenga que contar en mayor medida con Comisiones Obreras, al ser el único sindicato con poder real en el mundo del trabajo, ha motivado airadas réplicas por parte del PSOE, y su obsesionante preocupación «por el inexistente pacto UCD-PCE».