Dimite el Gobierno de centro-derecha sueco

La coalición tripartita de centro derecha que gobernaba en Suecia desde octubre de 1976, quedó desintegrada ayer al presentar su renuncia el primer ministro centrista. Thorbjoern Faelldin, por discrepancias con sus aliados, el Partido Conservador y el Partido Liberal, sobre el programa vigente de energía nuclear.Faelldin comunicó su dimisión al Parlamento esta tarde, a las 18.30, y, más tarde, convocó una conferencia de prensa, donde denunció la intransigencia de conservadores y liberales ante su propuesta de interrumpir el programa nuclear, y afirmó que éste había sido el motivo principal de la renuncia.

Los líderes conservador y liberal -el ministro de Hacienda, Gosta Bohman, y el ministro de Trabajo, Ola Ullsten, respectivamente- se reunieron anoche para examinar la situación.

El Parlamento, por medio de su comisión permanente, pidió a Faelldin que continúe temporalmente al frente del Gobierno, hasta la formación de un nuevo Gabinete.

La crisis de la colación había sido laboriosamente evitada hace una semana, cuando Bohman y Ullsten accedieron a un aplazamiento en la activación de otros dos reactores nucleares -el programa nuclear prevé un total de trece, de los cuales hay cuatro en marcha- hasta que hubiera garantías técnicas sobre el almacenamiento de residuos.

Pero esa solución no soportó las nuevas presiones antinucleares, ejercidas desde el Partido del Centro y desde el Ministerio de Energía (a cargo del centrista Olof Johansson) sobre Faelldin, al que acusaron de haber faltado a la promesa electoral centrista de terminar con el programa nuclear, iniciado en 1975 por el Gobierno socialdemócrata anterior.

En medios políticos se especulaba ayer con la posibilidad de que el centro no quiera renunciar, como partido mayoritario de la coalición, al poder obtenido en las elecciones de 1976, y sustituya transitoriamente a Faelldin con una personalidad centrista menos discutida.

También se aventuraba en Estocolmo anoche una solución más hipotética, pero no enteramente imposible: que el poderoso Partido Socialdemócrata de Olof Palme -el mayor del país- entrara en un nuevo Gobierno en alianza con liberales y conservadores.