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Israel calla ante los ataques sirios en Líbano

Lo más sorprendente de la reacción israelí ante los duros ataques lanzados ahora por el Ejército sirio contra las milicias cristianas de Beirut es, precisamente, la ausencia de toda reacción oficial.Hace apenas dos meses, cuando los enfrentamientos entre sirios y cristianos en la capital de Líbano eran aún esporádicos, Jerusalén no cesaba de hacerle advertencias a Damasco. Incluso el primer ministro, Menahem Begin, dijo en varias ocasiones que Israel no toleraría el aplastamiento de los cristianos libaneses, «abandonados a su suerte por Occidente». Los demás dirigentes políticos y militares hicieron declaraciones parecidas.

Hoy, cuando Beirut arde y agoniza bajo una lluvia de obuses sirios, Israel calla. «Jamás ningún Estado ha aceptado el riesgo de una guerra sólo por razones humanitarias -nos dice un experto israelí-. En ese aspecto, Israel no es mejor ni peor que los demás países.»

Muy próximo al Ministerio de Defensa, ese especialista añade: «Assad sabe perfectamente que nosotros no haremos nada mientras sus tropas no amenacen directamente los intereses vitales de Israel. Sólo una amenaza en ese sentido nos permitiría justificar ante la opinión pública interna e internacional una intervención militar contra los sirios para ayudar a las milicias cristianas de Beirut, con el riesgo de una. guerra generalizada.»

Lágrimas de cocodrilo

«Así como nuestra operación en Líbano -agrega- limitada al sur del río Litani para destruir las bases palestinas, no provocó la reacción siria, la operación de Siria en el Norte, limitada a esa zona para destruir a las milicias cristianas, no induce a Israel a mover ni un solo soldado.»«Puede parecer inmoral -concluye el experto israelí-, pero, ¿por qué Israel habría de ser más moral que las demás naciones, más católico que el mundo católico, que llora lágrimas de cocodrilo y no levanta, en la, práctica, un dedo para defender a los cristianos libaneses?»

Ayer, el diario de gran tirada Maariv, independiente y de orientación nacionalista, expresó en un editorial una opinión parecida.

«No hay el menor signo -señaló- de que Israel se disponga a correr en ayuda de los cristianos libaneses. Damasco parece convencido de que Jerusalén no se arriesgará a tina operación militar de envergadura en vísperas del comienzo de sus negociaciones de páz con Egipto.»

¿Calma que precede a la tempestad?

No obstante, algunos observadores diplomáticos se preguntan hoy aquí sobre los verdaderos alcances del silencio israelí, e incluso sugieren que podría tratarse de la calma que precede a la tempestad. Consideran también que.el brusco cambio de los planes de viaje del presidente Assad y su inesperado regreso a Damasco puede deberse más al temor de que surjan complicaciones por parte de Israel que a los tímidos; esfuerzos diplomáticos iniciados por Francia para lograr un cese el fuego aleatorio en Beirut.

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