Los socialistas abstuvieron al votar la mención constitucional a la Iglesla católica
El consenso sobre la Constitución entre UCD y PSOE funcionó ayer en el Pleno del Senado hasta extremos imprevisibles. Los socialistas votaron favorablemente, junto con UCD, la mayor parte de los textos del proyecto de Constitución que se les sometieron, y en temas tales como el número segundo del artículo diez -que el PSOE venía estimando como una modificación, por la vía interpretativa, de la regulación constitucional de la enseñanza- y la mención a la Iglesia católica -contra la que se opuso duramente en el Congreso y en la Comisión Constitucional de¡ Senado- se limitaron a abstenerse.Frente a esta actitud de las mayorías, no demasiado contrariada por las minorías, la nota discordante la ofreció el senador del Grupo Mixto (y antiguo procurador en Cortes contestatario) Fidel Carazo, quien invitó reiteradamente a los senadores a retirar sus votos particulares y decir sí a la Constitución «esta misma tarde, en lugar de seguir dando voces en el vacío». Por su parte, anticipó que su voto sería negativo.
Durante la sesión de la tarde se aprobaron los seis primeros artículos de¡ título primero, que regula los derechos y deberes fundamentales.
En relación, con el artículo diez, los socialistas se abstuvieron en la votación del párrafo que establece la interpretación conforme con la Declaración Universal de Derechos Humanos y demás normas internacionales de la regulación constitucional de los derechos fundamentales y las libertades. Este párrafo, introducido en la Comisión Constitucional del Senado a propuesta de UCD, había sido considerado por los socialistas como un ataque al consenso obtenido en el artículo que regula la enseñanza, teniendo en cuenta que determinados pactos internacionales apoyan la tesis mantenida por UCD en materia de enseñanza.
Los artículos relativos a los españoles y extranjeros fueron aprobados de acuerdo con el dictamen de la Comisión Constitucional del Senado, que modifica técnicamente el texto aprobado por el Congreso. Asimismo, se destaca, en un artículo nuevo, la mayoría de edad dé los españoles a los dieciocho años, texto al que sólo se opusieron los senadores de designación real almirante Gamboa y teniente general Salas Larrazábal.
Fueron rechazados, con los votos unidos de UCD y PSOE, los votos particulares del Grupo de Senadores Vascos -que proponía la posibilidad de que el Estado negocie tratados de doble nacionalidad con aquellos Estados que posean minorías relacionadas lingüística y culturalmente con algunas comunidades autónomas-; de Luis María Xirinacs -por el que quedarían excluidas de la extradición las conductas de intencionalidad política-, y de Justino de Azcárate, sobre la aplicación de la extradición sólo atendiendo al principio de reciprocidad.
Por unanimidad se aprobó el texto, ligeramente modificado en la Comisión Constitucional del Senado, en el que se establece la igualdad de los españoles ante la ley, sin discriminación por razón de nacimiento, raza, sexo, religión, opinión «o cualquier otra condición o circunstancia personal o social».
El artículo que constitucionaliza la abolición de la pena de muerte, salvo en tiempo de guerra, sólo obtuvo, frente a los 172 votos favorables, dos abstenciones, correspondientes a los señores Xirinacs y Bandrés, que pretendían la abolición absoluta de la pena de muerte. En la votación de sus respectivas propuestas los socialistas se abstuvieron, junto con los restantes grupos minoritariós autonomistas o progresistas.
Iglesia católica
El último de los artículos aprobados ayer introduce ligeras modificaciones de redacción sobre el texto aprobado en el Congreso, pero mantiene el aspecto más ¡mportante: la mención de la Iglesia católica, al referirse a las relaciones de cooperación que mantendrán los poderes públicos con las confesiones religiosas. La novedad en cuanto a este texto fue la posición socialista, tras la oposición mantenida en el Congreso y en la Comisión Constitucional del Senado a la mención específica de la Iglesia católica.
Francisco Javier Yuste, en nombre del PSOE, retiró el voto particular de su grupo y reconoció la realidad de la Iglesia católica en estos momentos. En el momento de la votación los socialistas se abstuvieron, mientras que no hubo ningún voto contrario al texto aprobado.
En cambio, el senador vasco Juan Marla Bandrés se opuso a la mención de la Iglesia católica y dijo que desde su posición de creyente se manifestaba partidario de la Iglesia del padre Díez Alegría y de Helber Cámara, as! como de la Iglesia de los pobres. También desde una perspectiva creyente, Manuel Villar Arregui (PSI) pidió la supresión de toda alusión a la Iglesia católica.
Por UCD, Antonio Martín Descalzo manifestó que ante el hecho religioso no cabe la pura neutralidad, y que UCD estimaba que la mención de la Iglesia católica no es discriminatoria para las demás confesiones. Asimismo aseguró que lo religioso en España coincide sociológicamente con lo católico en su mayoría. El artículo fue aprobado con 126 votos favorables, ninguno en contra y 58 abstenciones.
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