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Avance socialista en las últimas elecciones parciales francesas

La clase política francesa, de derechas y de izquierdas, ha festejado con igual satisfacción «la muerte política» de Jean-Jacques Servan-Schreiber, quien el domingo último perdió su escaño de diputado giscardiano de Nancy. Su contrincante, el socialista Yvon Tondon, lo barrió prácticamente al conseguir el 59% de votos contra el 41% de J.-J.S-S

Las cinco elecciones parciales legislativas de las últimas semanas evidencian el ascenso espectacular y creciente del Partido Socialista (PS), a cuenta de giscardianos y gaullistas de la mayoría, y del Partido Comunista francés (PCF).La caída de J.-J. S.-S. constituye un acontecimiento nacional en este país, El fundador, director y propietario del semanario L'Express hasta que, hace un año, vendió la mayoría de las acciones: el forofo y consejero de Pierre Mendes-France, de Gaston Defferre y, últimamente, de Valery Giscard d'Estaing; el antigaullista irreductible, el defensor de la descolonización, el hombre de la descentralización o, como él lo denomina, del «poder regional», el enemigo de la bomba atómica francesa y del batallador más feroz contra el «Vietnam industrial» que ha sido el supersónico Concorde. Era el peón más molesto de un tablero político, como el francés, en el que el conformismo de las ideas y del lenguaje es regla de oro para llegar a presidente, como J.-J. S.-S. pretendía.

J.-J. S.-S. es aún presidente del Partido Radical, pero se supone que dimitirá tras su derrota en Nancy. De momento, el autor de El desafío americano pasará una larga temporada en Estados Unidos y después piensa publicar un libro dedicado al futuro industrial francés.

Con la elección de Nancy y la primera vuelta de la que anteayer se celebró en París se cierra el escrutinio de las cinco parciales que, las últimas semanas, habían sido forzadas por la invalidación que decretó el Consejo Constitucional. Todas ellas, en las circunscripciones de Gers y Pas de Calais, en Nancy y en París, han evidenciado una tendencia clara del electorado francés, subrayada por comentaristas y líderes políticos: el descalabro abultado del PCF, como consecuencia de sus ataques irracionales a los socialistas desde .hace ya más de un año, y la pérdida igualmente sustancial de giscardianos y gaullistas de la mayoría, que manifestaría el rechazo de una política económica que no consigue frenar ni la inflación ni el paro. El beneficiario es el Partido Socialista, que le ha «robado» a la mayoría el escaño de Nancy y que hará igual, probablemente, en París el domingo próximo. Estas conclusiones de dimensión nacional, sin embargo, deberían ser matizadas: primero, las cinco elecciones referidas no modifican la relación de fuerzas en el Parlamento y ello permite a los franceses «votar alegremente», como hicieron durante los dos años de sondeos que precedieron a las legislativas de marzo. En segundo lugar la izquierda, y en particular el PS, acumula descontentos, pero la falta de proyecto político de recambio amortigua en parte los daños ocasionados a la mayoría gobernante.

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