Visto para sentencia el juicio contra el padre y un hermano de "el Rubio"
Ayer quedó visto para sentencia el juicio contra el padre y un hermano de Angel Cabrera Batista, el Rubio, por el presunto delito de atraco a un funcionario de la Caja Insular de Ahorros de Gran Canaria.El juicio, celebrado en la Audiencia Provincial de Las Palmas, comenzó con retraso y en medio de gran expectación, pues se encontraban en la sala numerosos vecinos de la ciudad de Arucas, entre los que figuraban dos hermanas y un hermano de el Rubio. Actúa como presidente de sala el titular de la audiencia, Salvador Pérez Ruiz y como fiscal Fernando Soquedo.
El fiscal pidió para Juan Cabrera Batista un total de catorce, años, seis meses y un día de reclusión, mientras que a Juan Cabrera García, por el delito de receptación, dos años, cuatro meses y un día de prisión menor, además de multa de 25.000 pesetas. Según la exposición del fiscal, está probado que Juan Cabrera Batista es autor de un delito, de robo y otro de tenencia ilícita de armas.
La defensa, llevada por el conocido abogado canario Fernando Sagaseta, pedía la libre absolución de los inculpados, basándose en la carencia de pruebas, toda vez que el supuesto hallazgo de pelucas, bigotes postizos y pistolas en el domicilio familiar no demuestran la participación de los procesados en este hecho y, por otra parte, cuestiona incluso la veracidad de estas pruebas.
Entre los hechos probados aporta el fiscal el dato de que Juan Cabrera recibió 100.000 pesetas de aquella cantidad, y el padre 60.000 pesetas. También cita el informe, policial que tras el registro practicado en la casa de el Rubio fueron hallados los bigotes, pistolas y peluca utilizados en la acción.
En el turno de intervenciones de los inculpados Juan Cabrera Batista declaró que la supuesta confesión en la que reconocía su intervención en los hechos fue firmada por él tras padecer graves coacciones físicas y morales. Expuso que firmó tres modelos distintos de declaraciones que le fueron presentadas y que en los diez días que pasó en comisaría fue obligado a cavar varias fosas en los alrededores del cementerio de Arucas, sin que le fuera. permitido conciliar el sueño en ese período de tiempo. Añadió que las pelucas que fueron halladas en su casa y que son aportadas como pruebas condenatorias, fueron llevadas allí por la propia policía. El padre se manifestó asimismo en parecidos términos.
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