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Escepticismo y desconfianza entre los palestinos de los territorios ocupados por Israel

Los palestinos que viven en los territorios ocupados por Israel no esperan gran cosa o, más bien, nada bueno, de la cumbre que hoy se inicia en Camp David. La opinión general en la Cisjordania ocupada, ya sea del hombre de la calle o de los «notables», resume una desconfianza total hacia la citada reunión y no abriga la menor esperanza hacia sus resultados.

«Es más que probable que no consigan ponerse de acuerdo. Y si llegan a algún compromiso será a nuestra costa.» Así se expresó, al ser interrogado por EL PAÍS, un joven profesor de inglés en un liceo de la zona árabe de Jerusalén.Los «notables» palestinos no difieren con relación a este criterio. Farad Kawassmah, alcalde de Hebron, un nacionalista palestino que es moderadamente favorable a la Organización para la Liberación de Palestina (OLP), ha manifestado a este periódico: «¿Qué se puede esperar del encuentro de Camp David en las circunstancias presentes? Los dirigentes israelíes no han cambiado. El primer ministro, Menahem Begin está dispuesto a quedarse con nuestras tierras a cualquier precio, incluso al precio de la paz. Y lo dice abiertamente.»

Una broma pesada

El alcalde cristiano de Belén, Elias Frej (nacionalista moderado y projordano), se expresa así: «El mundo entero rechaza el plan de autonomía que Begin quiere imponer en Cisjordania. Los norteamericanos deberían comprender que no puede haber paz mientras se niegue a los palestinos su derecho a la autodeterminación nacional.»La tesis de los laboristas israelíes (principal partido de la oposición), en el sentido de que el Gobierno debería proponer la devolución de una parte de Cisjordania al reino jordano, no ha recibido una acogida mejor por parte de los palestinos. Para Karim Khalaf, alcalde de Ramaliah (nacionalista de izquierdas, pro OLP), la autonomía propuesta por Begin es «una broma pesada» que no tiene otra finalidad que «mantener la dominación israelí sobre Cisjordania y Gaza». Khalaf rechaza igualmente la concepción pro jordana lanzada por los dirigentes laboristas: «¿Qué le importa al prisionero el relevo de sus guardianes? Lo que quiere el prisionero (los palestinos) no es un guardián distinto, sino la libertad.»

Alternativa militar

Los argumentos de los palestinos de los territorios ocupados han encontrado su mejor reflejo en el editorial del periódico palestino moderado que se edita en Jerusalén, El Kuds, relativo a la cumbre de Camp David: «¿Cuál puede ser la alternativa, tras un fracaso de las iniciativas de paz de Sadat? Desde luego, no lo será la Conferencia de Ginebra, puesto que hay que ser muy ingenuo para creer que el Gobierno de Israel hará más concesiones a los árabes reunidos en Ginebra que las que esté dispuesto a hacer al presidente de Egipto.»Según el editorialista, «la alternativa no puede ser política, sino militar». «No obstante -prosigue el editorial-, un enfrentamiento armado con Israel significaría también un choque frontal con Estados Unidos, ya que, para medirse con Israel, los Estados árabes, y en primer lugar Egipto, tendrían que recurrir a la ayuda soviética. Ahora bien, para Egipto y Arabia Saudita resultará, muy difícil, acudir a Moscú para solicitar ayuda, ya que los intereses que los Estados árabes moderados tienen en la economía norteamericana igualan los de Estados Unidos en el mundo árabe. Por otro lado, todas las bellas palabras de un retorno a la solidaridad panárabe son difícilmente realizables. Dicho esto, cualquier otra vía, sea Ginebra o la alternativa militar, es mejor que la continuación de la iniciativa de Sadat.»

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