El conflicto de Rodesia entra en una fase final
La situación rodesiana ha entrado en una fase final después de que el dirigente guerrillero Joshua Nkomo revelara ayer en Lusaka que se ha entrevistado secretamente con el primer ministro blanco lan Smith. El encuentro, confirmado también en Salisbury, había sido desmentido por ambas partes después de que Ndabaningi Sithole, uno de los líderes negros moderados que comparten el poder con Smith, acusara a éste de estar traicionando el «acuerdo interno».
En Londres se informó ayer que a esta reunión secreta, propiciada por Nigeria y celebrada en la capital de Zambia el pasado 14 de agosto, asistió también el codirigente del Frente Patriótico de Zimbabwe, Robert Mugabe, extremo que no ha podido ser verificado por este corresponsal y que Nkomo ha desmentido. El primer ministro blanco habría ofrecido a Nkomo la jefatura del Gobierno interino rodesiano y la conducción del proceso político que ha de desembocar en la independencia legal del país africano. Mugabe desempeñaría un papel relevante, de alcance por ahora desconocido. Los planes de Smith han sido notificados a Washington, Moscú, y Londres, pero el Frente Patriótico ha diferido su respuesta, por el momento.Según las versiones más fiable s recogidas por este periódico, la reunión entre Smith y Nkomo, que puede alterar radicalmente el horizonte inmediato de la cuestión rodeisiana, venía siendo preparada desde hace tiempo por la díplomacia anglonorteamericana, sirviéndose de Nigeria como país mediador. La discutida presencia de Mugabe en ella habría sido decidida sólo a última hora.
Según fuentes tanzanas de la capital británica, el ministro nigeriano de Asuntos Exteriores, brigadier Joseph Garba, habría acompañado personalmente desde Lagos a Mugabe hasta Lu saka, donde Smith y Nkomo se entrevistaban en presencia del presidente Kaunda, de Zambia.
Un día después de atacar violentamente a Washington y Londres por sus maniobras políticas, el primer ministro rodesiano decláró ayer en Salisbury que «estaba dispuesto ahora a llegar a un acuerdo con el Frente Patriótico». Tanto los círculos diplomáticos ingleses como norteamericanos han negado estar al tanto de la entrevista secreta. El propio embajador estadounidense ante la ONU, Andrew Young, declaró en la capital de Kenia, adonde viajó para el sepelio del presidente Jomo Kenyatta, que su país desconocía cualquier intento de maniobra en este sentido y reafirmó la intención norteamericana de llevar a una mesa de negociación a todas las partes implicadas en el futuro de Zimbabwe.
La confirmación del encuentro entre el Frente Patriótico y el premier rodesiano ha provocado reacciones contrapuestas en los jefes de Estado de los países de la «linea del frente» (Mozambique, Angola, Botswana y Tanzania, además de Zambia), que se encuentran reunidos en Lusaka. Esta reunión se considera el esfuerzo diplomático postrero, previo a una solución negociada, para Rodesia.
Aunque la «línea del frente», que apoya plenamente a los guerrilleros en su lucha contra el actual régimen rodesiano se ha mostrado en los últimos meses favorable a la negociación, los presidentes de Angola y Mozambique, Agostinho Neto y Somora Machel, han acusado a su colega de Zambia, Kaunda, de desempeñar un papel protagonista e independiente no acordado previamente por los cinco. Tanzanía, más moderadamente, participa de este punto de vista.
Fuentes próximas al Ministerio de Asuntos Exteriores británico no ocultaban ayer su optimismo ante la inminencia, según esas fuentes, de un acuerdo para negociar el futuro de Zimbabwe. Según Londres, lo probable es que esta «luz verde» final salga este mismo fin de semana de la conferencia de Lusaka, aunque se considera probable una «cumbre» africana la semana próxima.
El obispo Muzorewa y Ndabaningi Shitole, los dos principales líderes nacionalistas moderados que comparten el Gobierno con lan Smith, son vistos como los grandes perdedores del torbellino diplomático en que ha entrado la cuestión rodesiana. El instinto de supervivencia del primer ministro blanco le ha llevado de nuevo a ganar por la mano a sus colegas africanos del Gobierno, portadores de unas atribuciones meramente nominales, al negociar a sus espaldas con Joshua Nkomo, el hombre clave de una solución para Zimbabwe, por su apoyo en el interior del país y el respaldo que le otorgan las potencias occidentales y los más moderados de entre los regímenes vecinos de Rodesia.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.