Numerosas irregularidades en el transporte de líquidos inflamables
Tras la catástrofe de los Alfaques el pasado 11 de julio, una cierta inquietud se reflejó en la opinión pública sobre las condiciones del transporte de gases en las propias carreteras alemanas. Los temores ante un posible accidente semejante al ocurrido en Tarragona fueron disipados entonces por el Ministerio de Transportes Federal explicando los criterios y controles de seguridad a los que estaban sometidos los camiones cisternas en cargados del transporte de líquidos inflamables y gases como el propileno. Algún resto de duda debió permanecer en las inspecciones de tráfico, porque más de un mes después han sido efectuados con troles sorpresa en el estado de Nortrhin-Wetsfalia, con resultados inquietantes.
Según un informe presentado por el ministro de Trabajo de aquel Estado, en el curso del control efectuado en dieciocho factorías, afectando a 2.667 vehículos, han sido constatadas casi setecientas deficiencias y más de 460 faltas técnicas: Así, un camión-cisterna llevaba tres ruedas completamente usadas. Otro para bencina presentaba un bastidor roto en tres puntos, cinco carecían de autorización de transporte para materiales inflamables. En general, los tres de cada cuatro de los vehículos no disponían de los medios de seguridad personal completos para los conductores, y en más del 60% de los casos no se respetaban disposiciones, sobre todo, las correspondientes al descariso de los conductores.
Aunque el ministro ha afirmado que ninguna de las deficiencias hubiera podido conducir a una ruptura de la cuba o a un escape, se ha declarado muy sorprendido por los resultados de la investigación y anuncio que serán reforzadas las medidas contra conductores y empresarios que no se atengan a las disposiciones en vigor. Así, por ejemplo, la multa de 20.000 pesetas previstas para los contraventores graves va a ser aumentada.
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