Angola y Zaire firman un acuerdo de seguridad en sus fronteras
Angola y Zaire han formalizado un acuerdo destinado a garantizar «la paz y la seguridad» en sus fronteras, en el curso de la visita oficial realizada a Kinshasa por el presidente angoleño, Agostinho Neto. Su homólogo zaireño, Mobutu Sese Seko, se propone visitar Luanda en fecha breve, para culminar el proceso de normalización de las relaciones entre ambos países.
En sendos discursos pronunciados en una cena oficial, Neto y Mobutu reafirmaron que los dos Gobiernos estiman necesario cooperar estrechamente en favor del progreso social y económico y para salvaguardar la seguridad del Africa central. La delegación angoleña, compuesta por cien personas, ha presentado un calendario relativo a la reapertura del ferrocarril de Benguela y la utilización del puerto de Lobito, para facilitar las exportaciones zaireñas.
Aunque no ha sido señalado oficialmente, es indudable que el tema de la neutralización del «Frente Nacional de Liberación de Angola» de Holden Roberto, en el Zaire, y de los ex gendarines katangueños, en Angola, ha figurado en un lugar destacado en las conversaciones. El resultado es espectacular si se tiene en cuenta que el MPLA había sido expulsado de Kinshasa cuando éste era uno de los tres movimientos que combatía a las fuerzas portuguesas.
Principio de no injerencia
El presidente Neto ha declarado, por otra parte, que la actitud de su país es «pragmática y consecuente» y tiende a mantener el principio de la no injerencia en los asuntos internos de otro país. «Angola -ha señalado- necesita estabilizar la paz en sus fronteras, para dedicarse a tareas de reconstrucción económica.» Dentro de esa línea hay que situar la autorización dada por Luanda a los refugiados instalados en Portugal para que regresen a Angola, tras las conversaciones sostenidas el mes pasado con el presidente Ramalho Eanes, en Guinea Bisao.El diario oficial tanzanio, Daily News, emitió ayer su aprobación del encuentro Neto-Mobutu, señalando en un editorial que «más importante que exportar la revolución es proveer a los africanos de comida, ropa y vivienda, de las que tanto carecen», ejemplo que, según la citada fuente, se aplicaría por igual a Zaire y Angola.
Los medios tanzanios condenaron la segunda invasión de Shaba al señalar que ésta fue la «excusa» utilizada por Francia para intervenir en esa región y acentuar su presencia económica. El presidente Julio Nyerere, a quien aquí se presenta como un adalid de la paz, considera que las diferencias ideológicas entre los regímenes africanos deben ser contempladas en un plano dialéctico, para preservar la unidad del continente.
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