_
_
_
_
Entrevista:

"Si me envían la lista de la gente que trabaja en la embajada de EEUU les diré quiénes son de la CIA"

Recientemente, Agee y varios miembros del Convert-Action permanecieron en La Habana, invitados por el Gobierno cubano para participar en las sesiones del Tribunal Internacional La juventud acusa al imperialismo, constituido a raíz de la celebración del XI Festival Mundial de la Juventud y los Estudiantes, con el fin de revelar las diversas formas de intervencionismo que Estados Unidos practica en diversos países, y en especial el papel de la CIA en este proceso. «Hace ya diez años que no trabajo para la CIA -señala PhÍllip Agee- y nunca trabajé en asuntos de España. Pero siempre que me preguntan por los GRAPO y otros grupos de extrema izquierda europeos contestó que, a través de mi experiencia en la CIA, nunca conocí organizaciones de derecha que se hicieran pasar por extrema izquierda, así como tampoco conozco ningún caso de grupos terroristas de izquierda creados o inspirados por la CIA.»

Phillip Agee se había expresado en términos idénticos en el transcurso de una rueda de prensa celebrada en La Habana el pasado 28 de julio de 1978. Sin embargo, y de forma inexplicable, sus declaraciones fueron recogidas por las agencias de noticias en términos totalmente opuestos a lo manifestado por el ex agente de la CIA. Ello provocó que la mayor parte de medios de comunicación españoles presentaran a los GRAPO como un grupo terrorista inspirado por la CIA, poniendo en boca de Agee algo que nunca dijo.

«De la misma manera -añade-, siempre he creído la versión que señala a ETA como responsable de la muerte de Carrero Blanco; nunca tuve argumento para creer lo contrario.»

También en La Habana, el agente de los Servicios de Seguridad de Cuba Nicolás Alberto Sirgado Ros, infiltrado en la CIA por espacio de diez años, denunció los nombres de varios agentes de la CIA que trabajaron o trabajan en España: Allan G. Morris, Francis Sherry III y Joseph Cybulski. A ellos hay que añadir el nombre de Alberto Rodríguez Gallego, director en Madrid de la academia de idiomas Berlitz, asimismo denunciado como agente CIA en las sesiones del Tribunal Internacional La juventud acusa al imperialismo. Phillip Agee cree también que España es, actualmente, un punto de especial atención para la CIA.

«Si me proporcionan -dice- una lista de todo el personal acreditado por la embajada americana en Madrid ante el Ministerio español de Asuntos Exteriores, se la puedo devolver con una señal junto a los nombres de aquellos que pertenecen a la CIA. Hace dos años, en un análisis que hice sobre el personal americano destacado en Madrid, encontré a veintinueve o treinta agentes de la CIA, doce de los cuales eran oficiales de la agencia.

Acerca del actual embajador Todinann -continúa Agee-, no creo que sea un agente permanente de la CIA, aunque siempre hay una coordinación entre la gente del departamento de Estado, y sobre todo el embajador, con las estaciones de la CIA. Estas estaciones son parte del personal del embajador y éste es el jefe de toda la misión diplomática...»

Una de las últimas actuaciones de la CIA en España, según Agee, habría sido la actividad dirigida a impedir la asistencia de la delegación española al festival de la juventud que ha tenido lugar en Cuba. Estas actividades habrían sido llevadas a cabo por un miembro de la embajada USA en Madrid, llamado Ray CaldweIl. «Un amigo español -apunta el ex agente de la CIA- me informó de que CaldweIl había intentado disuadir a varias personas que tenían algo que ver con las organizaciones juveniles que componen la delegación para que éstas no acudieran al festival, o en el caso de que vinieran causar disensiones en su seno.»

Hay que señalar que cuando Agee hizo estas manifestaciones a EL PAÍS desconocía que, efectivamente, estas disensiones existieron (véase EL PAIS de 2 de agosto de 1978). Las mismas tuvieron su concreción más evidente en el acto inaugural del festival y en los enfrentamientos que motivó la discusión sobre la bandera que debía presidir el desfile de la delegación española.

El ex agente Phillip Agee no cree que la CIA haya cambiado sus métodos desde que él abandonara la organización. Manifiesta, no obstante, que es hora ya de que otros agentes o ex agentes hagan su aportación «En realidad -manifiesta-, hay varios que ya lo hacen. Ahí está el caso de John StockweIl, en la CIA hasta hace sólo dos años, y que acaba de publicar un libro con informaciones muy buenas sobre la CIA y, en especial, sobre su actividad en Angola. Creo, además, que habrá nuevos casos como éste en marcha.»

De los once años y medio que Agee permaneció en la CIA, pasó seis destacado en América Latina. Su primer libro relata detalladamente su actuación en esta parte del hemisferio. Por ello es innegable el interés que una edición castellana de Inside the Company habría despertado. Paradójicamente, esta edición no se ha llevado a cabo. Diversas informaciones señalan un bloqueo de la misma por parte de editorial Grijalbo, propietaria de los derechos de edición del libro de Phillip Agee en castellano. Los negocios de Grijalbo en México y su amistad con el ex presidente de este país, Echevarría -a quien en diversas ocasiones Agee ha señalado como colaborador de la CIA-, serían la causa de la no aparición de la obra del ex agente en lengua castellana.

«Yo no vendí mis derechos a Grijalbo -señala Agee al respecto-; esto fue un trato directo entre mi editor en Londres, Penguin Books, y Grijalbo, en México. Desconozco los detalles sobre lo que ocurrió a la hora de publicar el libro. Sería bueno que consultaran con Grijalbo sobre el particular. Lo interesante es que felizmente el libro aparecerá en España el próximo mes, editado por Laia.»

Durante la conversación surge inevitablemente la pregunta del cómo y el por qué entró Phillip Agee en la CIA, su evolución posterior y su salida de la organización...

«Entrar en la CIA no era una cosa muy rara en los años cincuenta para un joven universitario como yo. Todo fue producto del maccarthysmo, de la guerra fría y de la educación tradicional. Rechacé, sin embargo, el primer ofrecimiento que me hicieron, a los veintiún anos. Después, a la hora de hacer el servicio militar y al enterarme de que podía hacerlo dentro del programa de la CIA, me pareció mucho más interesante. Me aceptaron (iba recomendado por una amiga de mis padres que era agente permanente de la CIA) y entré en la agencia a mediados de 1957. Luego, a través de mi trabajo a lo largo de varios años, cambió mi apreciación sobre lo que era y significaba la CIA hasta llegar a rechazar lo que eran sus bases: el reformismo gradual, programas como la Alianza para el Progreso..., y decidí salir de la CIA. Sólo "salir" de la CIA.

Luego -señala- comencé a tomar notas de mis actividades y de lo que representaba la CIA. Apunté ideas sobre un futuro libro. En ello invertí casi cinco años. Reconstruí lo que había sido la CIA en los países en que yo había trabajado y ello constituyó una reeducación para mi.

Estar once años y medio en la CIA, salir de la organización y publicar luego sus métodos y sus planes reporta riesgos.

«Ahora -cuenta Agee-, con toda la notoriedad que ha alcanzado mi caso, no creo que haya peligro por parte de la CIA. Me refiero a violencia fisica. He sufrido varios hostigamientos, como, por ejemplo, una persecución en diembre de 1974, en España, por parte de varios individuos equipados con material fotográfico idéntico al que utilizábamos en la CIA.

Explica Agee que luego estos hostigamientos se han vuelto mucho más sutiles...

«Me veo obligado a moverme de un país a otro -fue expulsado de Gran Bretaña y actualmente reside en Italia de forma provisional- y esto no es una cosa que agrade a cualquiera.»

Este mismo argumento lo utiliza cuando se le insinúa que casos como el suyo -y el mismo grupo Convert-Action- pudieron haber sido generados por la CIA para esconder el grueso de sus actividades exponiendo públicamente una parte de sus acciones. «Si alguien revisa el libro que sacaremos -manifiesta- el próximo mes, Dirty Work, se dará cuenta de lo que hemos hecho en contra de la CIA durante los últimos tres años. Luego podrá juzgar si puede ser una maniobra o si es cierto y honesto nuestro trabajo.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_