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El Parlamento británico controlará más eficazmente al Gobiemo

Coincidiendo con la aparición de un amplio informe interpartidista sobre la necesidad de reformar los métodos de trabajo de la Cámara de los Comunes, el primer ministro británico ha prometido que el próximo manifiesto electoral laborista incluirá de forma destacada la abolición de la Cámara de los Lores. El Parlamento del Reino Unido estaría en vísperas de reformas profundas si se llevan a la práctica unas iniciativas destinadas a controlar más eficazmente al Gobierno y a reforzar la democratización del órgano legislativo.

Los diputados británicos están decididos a recuperar una buena parte de los poderes que el ejecutivo les ha ido arrebatando en el curso de una transformación social y política caracterizada por su progresiva tecnificación. En síntesis, el informe -fruto de dos años de trabajo de un grupo mixto que ha estudiado los fallos del sistema- se pronuncia por la creación de una serie de comités, cada uno de los cuales se encargará de " fiscalizar estrechamente a un departamento ministerial.

Los organismos de nueva planta que reemplazarían, según el proyecto, a los comités ahora existentes, tendrían toda la autoridad y estarían dotados de los medios materiales necesarios para seguir de cerca y controlar el trabajo de los diferentes ministerios.

Aceleración del proceso legislativo

Otras reformas contempladas en el informe del influyente grupo parlamentario se refieren a la aceleración del proceso legislativo y a la racionalización del trabajo en la Cámara de los Comunes, donde los mal pagados diputados británicos permanecen un promedio de diez horas diarias a partir de las dos y media de la tarde, trabajando seriamente. Las esposas de los «padres de la patria» se quejaban ayer de que durante cinco días a la semana sus hijos son «huérfanos» de sus padres, que, a veces, salen de Westminister pasada la medianoche y que ocupan sus mañanas en el empleo del que obtienen la mayor parte de su sueldo. El proyecto de reforma, sin embargo, no será debatido hasta la reapertura del Parlamento tras las vacaciones veraniegas, que comenzaron ayer. Se puede anticipar que el Gobierno no se va a mostrar menos celoso de su autoridad que los diputados británicos de sus derechos constitucionales. Y que sea cual fuere el color de la próxima Administración -laborista o conservadora- la Cámara de los Comunes va a tener dificultades en su intento de vigilar más estrechamente los actos del ejecutivo.

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