_
_
_
_

Los naturistas italianos crean un partido político

Los naturistas italianos han anunciado la constitución de un partido político: «Iremos desnudos al Parlamento», han dicho los promotores de esta iniciativa, que son Vicenzo Bruni, de 52 años, fundador de la Liga Naturista Italiana y del Agrupamiento del Sol, y la actriz Letizia Mangione, que ha declarado: «Combatiremos la pornografía, que nace precisamente de una mentalidad torcida, llena de tabúes.»En estos últimos años en Italia los amantes del desnudismo han aumentado vertiginosamente. Existen más de siete asociaciones muy organizadas y más de diez centros donde se puede practicar el desnudismo oficialmente. Una característica de los desnudistas italianos es su carácter de «amor por la Naturaleza».

Ellos distinguen tres tipos de desnudo: el solar o estético, practicado por quienes desean broncearse por belleza; el consumista que se refiere a quienes practican el desnudismo pero continúan viviendo como antes: en el ruido, cargado de tocadiscos, bebiendo coca cola y whisky. Finalmente, el naturista, que vive una vida sencilla y sana, muy sobria, que ama los lugares más vírgenes de la Naturaleza y que rehuye la moda y el consumismo. A esta última categoría pertenecen los organizadores del nuevo partido político.

Afirman que la suprema libertad exterior es poder vivir desnudos, porque liberando al hombre de los vestidos se libera de la malicia y de la suciedad moral. Esperan tener muchos adeptos porque es éste un momento en el cual los italianos están cansados de la pornografía política, de los escándalos, de la corrupción. Desean presentarse al Parlamento «desnudos de maniobras y de hipocresías».

Recuerdan estos naturistas que «ya en la Biblia se dice que el primer hombre y la primera mujer vivían desnudos sin darse cuenta. Mientras fueron inocentes no usaron vestidos. Sólo cuando empezaron a mancharse moralmente tuvieron que cubrirse. Por eso hoy tanta gente necesita vestirse, porque tiene miedo a la inocencia».

Lo cierto es que, como afirma el sicoanalista Reich, durante muchos siglos no se habló de pudor como tabú del cuerpo.

Los naturistas sostienen que el pudor no es un sentimiento natural, sino un producto importado por la religiones monoteístas, las cuales, sobre todo la judía y la cristiana, mediante la criminalización de la desnudez, «controlaban las pulsiones naturales y dominaban a la mujer».

Según los naturistas italianos, el desnudismo no es un factor burgués. Más aún, es más frecuente en ambientes de izquierdas, entre los jóvenes inconformistas, en los de mayor empeño político y social. Pertenecen a los naturistas gente de todas las edades, a veces familias enteras con sus niños. Son gente muy batalladora, muy decidida, pero al mismo tiempo pacífica. Odia todo tipo de violencia. Piensa que la mayor violencia, la más eficaz, es el coraje de desnudarse física y simbólicamente porque «nadie es más fuerte que un niño pequeño desnudo en medio de la calle».

Recuerdan, por fin, estos amantes de la Naturaleza y del cuerpo, que en la antigüedad la desnudez no sólo no era combatida y condenada, sino festejada, incluso con rituales y fiestas litúrgicas, y están convencidos que el contacto del cuerpo, en un clima sano, con el sol, el viento, el aire y hasta la lluvia, no sólo es higiénico, sino hasta casto, y fortalece el alma. «¿Existe algo -dice uno de ellos- más limpio y a la vez más desnudo que la verdad?» El único inconveniente, si obtuvieran diputados, es que cuando se presentaran desnudos al Parlamento, el presidente, señor Ingrao, les obligaría a ponerse, por lo menos, la corbata, porque en esto es intransigente incluso con el radical Marco Pannella, que, en cuanto se acerca a la puerta de la Cámara baja, lo primero que hacen los ordenanzas es entregarle una corbata «por orden del presidente».

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_