Garrigues: "Dar al ministerio un enfoque de ordenación del territorio"

«Hemos puesto especial énfasis en la necesidad de que este Ministerio se convierta, en un plazo de tiempo prudencial, en un verdadero Ministerio de la Ordenación del Territorio, lo que implica una verdadera remodelación del concepto de obra pública», ha declarado el ministro de Obras Públicas, Joaquín Garrigues Walker al periódico Correo de la Construcción con motivo de su primer aniversario al frente de este departamento.«Las obras públicas no pueden responder a acciones e Impulsos coyunturales -continuó el ministro- sino que deben ser consecuencia de un nuevo modelo de sociedad basado en una cierta idea de ordenación del territorio. Lo que hemos hecho, en definitiva, es iniciar este camino, que podrá ser consolidado, bien por nosotros mismos si continuamos en la labor, bien por cualquier otro Gobierno que sea de signo centrista o socialista.»

Respecto a la política de viviendas el señor Garrigues dijo que debe pasar «inexcusablemente» por tres grandes capítulos. En primer lugar, el presupuesto disponible para este concepto debe destinarse a tratar de resolver el problema de los ciudadanos con niveles de renta más baja para lo que ha sido creada la Dirección General de Arquitectura y Vivienda. En segundo lugar se ha intentado establecer una política financiera a medio y largo plazo «diseñada para que las amplias capas de clase media del país puedan encontrar un cauce de financiación para sus viviendas». En tercer lugar, la política de viviendas del actual Gabinete pasa por la revisión de la ley de Arrendamientos Urbanos en un sentido liberalizador.

El ministro de Obras Públicas opinó en el curso de sus declaraciones que para perfilar aún más el balance de este año se puede hacer un análisis específico de las actividades heredadas de ambos ministerios. «Nos encontramos con el grave problema de una legislación en materia de vivienda social que, sin ánimo alguno de crítica, hemos de calificar de falta de realismo, por cuánto carecía del imprescindible soporte financiero que la hiciera viable.

Finalmente, Garrigues Walker dijo que «la tramitación administrativa en el Estado español es muy lenta con unas disposiciones legales muy frondosas y un proceso, en general tan intrincado que el resultado final es una positiva ineficacia Esta parálisis parcial de nuestra Administración es consecuencia del intervencionismo heredado de una época en la que el Estado ha sido el principal protagonista de la vida económica, sin cuyo concurso y beneplácito poco se podía hacer.