"El ciudadano común no sabe si quiere o no la autonomía"
Joaquín Aramburu, secretario provincial del PTE, reiteró ayer durante una rueda de prensa la petición de su partido de que se abra un amplio debate sobre la conveniencia o no de integrar Madrid en la región castellano-manchega. Hasta ahora el tema se ha tratado a nivel exclusivamente parlamentario, dado que es una cuestión que aún no ha calado en las preocupaciones del ciudadano común.En la rueda de prensa se entregó un memorándum, réplica de¡ que ofrecieron semanas atrás los parlamentarios madrileños y en el que se recogen una serie de datos económicos que apoyan su idea de la integración. En este segundo documento del PTE se tildan de gratuitos muchos de los datos aportados en el primero.
Así, se dice que la experiencia histórica demuestra que hasta hoy los núcleos industriales florecientes lo han sido a base de absorber recursos de la provincias limítrofes. Todavía hoy se registra un saldo migratorio en favor de Madrid. En el capítulo de los recursos financieros, el señor Aramburu argumentó que de cada cien pesetas captadas por la banca privada, en Madrid se conceden 132 en créditos, mientras que la proporción destinada a créditos en el resto de Castilla y La Mancha se cifra en 35 pesetas por cada cien. Asimismo, en el período de 1 970 a 1975, el crédito oficial concedido a Madrid ha sido doce veces superior al total de las restantes.
El PTE y los parlamentarios coinciden en la gravedad de la situación madrileña, sus causas y en la necesidad de frenar su crecimiento. El punto de discordia es la táctica a seguir. El PTE sostiene que, por ejemplo, un control de la especulación del suelo, sector que mueve cifras de miles de millones de pesetas, no puede realizarse desde la Administración local, aunque sea bajo la forma de mancomunidades de municipios, sino desde un marco institucional con mayores competencias políticas como sería un Gobierno regional.
El PTE mostró su conformidad y apoyo a la decisión tomada el lunes por los parlamentarios castellano-manchegos, en el sentido de conseguir la preautonomía y dejar abierta la posibilidad de una posible integración de Madrid. Asimismo, refutó el argumento de los madrileños de que es antidemocrático marginar a una provincia utilizando su opuesto. Es decir, que lo antidemocrático consiste en que una provincia imponga su presencia al resto.
