Crecen las opiniones favorables a la libre flotación de la peseta

La tesis que propugna una apreciación de la peseta en el mercado de cambios para contener la entrada de dólares parece ser compartida cada vez por más personas.

Según medios financieros, Banco de España continúa comprando dólares en cantidades importantes lo que agravará la situación de la balanza de pagos española, que desde hace varios meses viene mostrando superávit cada vez más preocupantes. Estos saldos positivos, que en condiciones normales serían interpretados muy favorablemente, construyen en estos momentos una seria preocupación para las autoridades monetarias, ya que están originando un incremento muy fuerte de la masa de dinero que favorece las tensiones inflacionistas.Expertos consultados por EL PAÍS han señalado que la mejor política de cambios de cara a una adecuada lucha contra la inflación es la que deja en libertad los movimientos de tipo de cambio de la moneda, lo que es un argumento importante a favor de una flotación de nuestra divisa en términos «limpios» y no «sucios», como sucede en estos momentos. La limpieza de la política cambiarla es directamente proporcional al grado de no intervención del banco emisor, es decir, del Banco de España, y directamente proporcional también a las posibilidades de éxito de una adecuada política de lucha contra la inflación.

Una opinión favorable a la apreciación de la peseta fue emitida ayer por Rafael Termes, presidente de la Asociación Española de Banca Privada, señalando que «la apreciación de la peseta, a través de una flotación que funcionara bien, daría los resultados que se pretenderían con una revaluación. La revaluación sería dar un paso en firme que quizá, posteriormente, nos dolería», declaró a Europa Press.

Según su criterio, en una buena flotación se pueden compaginar los intereses de la política monetaria con los intereses del momento de la exportación, y estima que por ello la solución de la flotación es la buena. El señor Termes se manifiesta partidario de dejar jugar más libremente la flotación de nuestra divisa.

Según algunos expertos próximos a la Administración, la estacionalidad es un factor que también influye de forma poderosa a la hora de tomar medidas sobre el tipo de cambio. Durante el verano la balanza de pagos experimenta habitualmente el impacto positivo de la avalancha turística, con entrada de divisas en cantidades muy importantes. Por este motivo estos expertos estiman conveniente que en un régimen de flotación la peseta tienda al alza en vísperas del verano y a la baja una vez transcurrida la temporada estival. Este carácter cíclico del sector exterior español es en estos momentos una motivación importante a la hora de valorar los efectos positivos de una apreciación de la peseta, máxime cuando se pueden obtener de esta operación beneficios marginales de extraordinaria importancia.