Una democracia ejemplar: la española
« ( ... ) Durante el viaje del presidente de la República Francesa en España, los enviados especiales de la prensa audiovisual han celebrado, con envidia, la democracia española pacífica y sin crispaciones donde la oposición se acomoda con el Poder, se trate del Rey o del Gobierno. Y comparaban estas costumbres edificantes con las de la democracia francesa donde imperan las tensiones y las malas costumbres ( ... ).España, que ofrece un espectáculo tan virtuoso, acaba de reencontrar la libertad política después de cuarenta años de franquismo sucediendo a una guerra civil implacable. La democracia es una flor frágil. Todos los actores políticos de la nueva España, del Rey Juan Carlos o Carrillo, tratan de protegerla. Todos saben que la democracia depende del progreso económico y contribuyen, cada uno a su manera, a su desarrollo.
Esto afecta, en particular, la entrada de su país en la Comunidad Europea.
En suma, España ofrece la apariencia de estar unida en lo esencial, aunque sostenga vivas controversias internas sobre las modalidades y sobre lo accesorio. Sucede lo mismo en otras grandes democracias ( ... ).»
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