La presidencia de HYTASA quiere despedir a ciento cuarenta trabajadores

El presidente del consejo de administración de la empresa Hilaturas y Tejidos Andaluces, SA (HYTASA), Prudencio Pumar, ha propuesto a la junta de accionistas de la sociedad, reunida el pasado miércoles, el despido de 140 trabajadores y la venta a las cajas de ahorro de parte de los terrenos de la factoría como medios de hacer frente a las graves dificultades financieras que atraviesa.

HYTASA es la principal industria textil sevillana, con casi 2.000 obreros de plantilla. Según informó a EL PAIS un accionista, el traspaso de los terrenos a las cajas de ahorro -principales acreedoras de la empresa- tiene como condición conseguir previamente el cambio en su calificación urbanística, pasando de industrial a urbana, lo que los convertiría en fuente de una gran riqueza inmobiliaria. En cuanto a los despidos, afectarían a la sección peinado y lavado del sector lana, a cuyo decreto de reestructuración se acogería la empresa.En la lectura de la memoria correspondiente a 1977, el señor Pumar informó de que los costos de fabricación de productos textiles habían experimentado crecimientos brutales desde el comienzo de la crisis (mano de obra 120%, Seguridad Social, 68%, materias primas, 55%), mientras que los precios de venta sólo aumentaron en el 35%. El ejercicio de dicho año, el peor de los cuarenta de existencia de la fábrica, supuso unas pérdidas superiores a los 194 millones de pesetas.

La memoria hace especial hincapié en el problema del algodón, criticando al Gobierno por haber suprimido la presente temporada todas las ayudas a la mecanización del cultivo y asignarle un precio que ha sido el que menos incrementos ha experimentado de todos los precios agrícolas, a pesar de que el algodón «sigue siendo el producto que más divisas produce por hectárea y el que absorbe más mano de obra».

HYTASA había presentado el pasado año un expediente de regulación de empleo que fue denegado por la autoridad laboral. Su incoación provocó importantes movilizaciones de los trabajadores y vecinos del Cerro del Aguila, barrio en el que se encuentra ubicada la fábrica. En una de estas concentraciones, a primeros de julio, resultó gravemente herido por disparos de la policía el albañil Manuel Rodríguez Ledesma, miembro de CCOO, que falleció en enero de 1978 a causa de las heridas.