Portugal y Angola firman un acuerdo de cooperación

El acuerdo general de cooperación firmado ayer en Bissau entre los presidentes de Portugal, general Ramalho Eanes, y de Angola, Agostinho Neto, inaugura una «nueva era» en las relaciones bilaterales entre la metrópoli portuguesa y su antigua colonia.Las conversaciones, entre los presidentes angoleño y portugués se han prolongado un día más de lo previsto. Las dos delegaciones han tomado el cuidado de explicar que la nueva reunión del lunes no significaba el surgimiento de dificultades imprevistas, sino tan sólo la voluntad de los dos jefes de Estado de «tratar un máximo de problemas con la profundidad que su importancia merece».

El más importante resultado de esta «cumbre» luso-angoleña es el acuerdo-base que abarca los dominios de las relaciones culturales, científicas, técnicas, comerciales y Asuntos Exteriores. Se trata de un «acuerdo-base» que abarca los dominios de las relaciones culturales, científicas, técnicas comerciales y consulares. Tendrá que concretarse posteriormente en la elaboración de convenios bilaterales. De estos últimos, se señalan como más urgentes acuerdos bilaterales sobre transportes aéreos y marítimos, formación en Portugal de cuadros angoleños y contratación de personal portugués para trabajar en Angola.

Balance positivo, pues, aunque no hayan sido resueltos todos los problemas. Los términos utilizados para calificar el encuentro -«relativa coincidencia de puntos de vista» e «intercambios de opiniones en ambiente de franqueza»- dejan entender claramente que subsisten zonas de desacuerdo. El presidente Eanes así lo ha expresado al afirmar, en la cena que le fue ofrecida el domingo por su huésped, el presidente Cabral, de Guinea Bissau, que «Portugal es consciente de los obstáculos que por ambos lados se oponen aún a la total normalización de las relaciones». El jefe de Estado atribuye estas dificultades, no a las diferencias de regímenes políticos distintos, que no deben obstar a un normal relacionamiento entre Estados, sino a los «trastornos que ambos países han sufrido internamente en los últimos años».

Ha sido notada por los observadores presentes la actitud de reserva adoptada por el presidente Neto, que se abstuvo de cualquier manifestación pública de cordialidad en relación a sus interlocutores portugueses.