La colección de obras de arte de Von Hirsch provoca "la subasta del siglo"
La famosa sala de subastas de obras de arte Sotheby's, situada en la londinense Bond Street, está celebrando lo que se ha venido en llamar con propiedad «la subasta del siglo». En cuatro sesiones se alcanzó la astronómica cifra de doce millones de libras esterlinas. Cuadros, joyas, candelabros y libros se ofrecen a los adinerados espectadores. Todo perteneció a un solo hombre, Robert von Hirsch, judío alemán con residencia en Suiza hasta que falleció, el año pasado, a los 94 años de edad. Los expertos en arte, de los que una selecta concurrencia sigue los pormenores de la subasta, no dudan en calificar la colección Von Hirsch como «la mejor colección privada que haya salido nunca al mércado». , corresponsal de EL PAIS en Londres, informa.
Después de cuatro sesiones, la subasta en la sala Sotheby's de Londres de parte de la colección Von Hirsch alcanza la astronómica cifra de casi doce millones de libras. En dos horas de la tarde del jueves, y en la que se considera «subasta del siglo», fueron vendidos lotes por valor de seis millones de libras. Un consorcio de museos berlineses pagó más de dieciocho millones de pesetas por un medallón medieval pintado al esmalte. El Montepío de los Ferrocarriles británicos, por su parte, pagó medio millón de libras por un candelabro del siglo XII.La subasta de Sotheby's se ha convertido en el centro de atención mundial de los coleccionistas y marchantes artísticos de todo el mundo. Centenares de millonarios europeos y americanos comparten un apretado «cuerpo a cuerpo» en los limitados locales del subastador londinense, y junto a los directores de los museos más importantes del mundo se sientan Alain Delon o Jack Nicholson. Circuitos cerrados de televisión transmiten las pujas a locales vecinos acondicionados como una prolongación de la sala principal, y un enlace con Estados Unidos lleva a la sucursal en Nueva York de Sotheby's las Incidencias y el ambiente de la sala londinense.
Inicialmente, los expertos de Sotheby's habían calculado que la venta de los tesoros acumulados por el barón alemán Robert von Hirsch, que falleció el año pasado en Basilea a los 94 años, alcanzaría los ocho millones de libras. Cuatro días después de comenzada, la subasta roza los doce millones y las previsiones más pesimistas cifran ahora en quince millones de libras, más de 2.200 millones de pesetas, el producto de la subasta, en la que aún deben aparecer cuadros de Cézanne, Matisse y Picasso.
Los expertos londinenses consideran al conjunto de obras de arte que poseyó Von Hirsch como la mejor colección de pinturas, muebles, bronces, dibujos y objetos medievales y renacentistas que haya salido nunca al mercado. Una acuarela de Durero de veinte por quince centímetros, se vendió el martes por más de noventa millones de pesetas a un potentado suizo. En la misma sesión, el actor norteamericano Jack Nicholson pagó 600.000 pesetas por un dibujo de Tiépolo. El precio más elevado de la subasta lo ostenta hasta ahora el pequeño medallón esmaltado del siglo XII, que representa al ángel de la caridad y se atribuye a Godofredo de Claire. Por otro similar, un comprador desconocido ha pagado en la misma sesión 1.200.000 libras.
Simultáneamente a la subasta de obras de arte que se desarrolla en la sala principal de Sotheby's, en la elegante Bond Street, los libros de la colección Von Hirsch salen a la venta en otro local de la firma. Por una biblia inglesa en cinco volúmenes se han pagado más de ocho millones de pesetas y una edición temprana de El paraíso perdido y El paraíso recobrado, de John Milton, ha alcanzado los tres millones de pesetas.
Más de 15.000 compradores potenciales han desfilado en los días precedentes al inicio de la subasta por los locales de Sotheby's para contemplar este tesoro artístico, subastado ahora por deseo expreso del que fuera su propietario. Robert von Hirsch, un comerciante en pieles de origen judío, comenzó a comprar obras de arte a los veinte años y su educación estética y su dinero le convirtieron pronto en poseedor de una de las más valiosas colecciones contemporáneas. Abandonó Alemania en los años treinta huyendo de las persecuciones nazis y se estableció en Suiza, donde vivió desde entonces hasta su muerte, en noviembre pasado.
Sin embargo, en esta historia siempre existen aspectos curiosos: J. G. Wille, director de Sotheby's en Zurich y gran amigo del barón Von Hirsch, señaló que la cotización de las obras subastadas reflejaba no sólo la calidad de los objetos, sino que tenía también una significación política. A juicio del señor Wille, el Gobierno de la República Federal de Alemania se siente culpable ante el hecho del obligado expolio de Von Hirsch y, por tanto, quiere recuperar muchas de las obras de su colección privada, utilizando para ello fondos estatales.
Una subasta, pues, en la que las altas finanzas se entremezclan con los intereses políticos nacionales e, incluso, el star system con la presencia de Nicholson.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.