Denuncias por malos tratos en la prisión de Carabanchel
Nueve presos de la cárcel de Carabanchel han pedido la presencia del juez en el citado centro penitenciario para presentar denuncia por las agresiones que según ellos han sufrido a manos de miembros de la Policía Armada que desde hace unas semanas patrullan en la prisión.Fuentes bien informadas reconocieron ayer que pudieron haberse producido malos tratos. Los trámites reglamentarios darían curso a estas denuncias y, dicen aquellas fuentes, será el juez el que determine el grado de responsabilidad que tienen los agentes del orden denunciados por los presos.
La tensión que se ha producido en la cárcel entre presos y, policías obedece, según medios relacionados con la dirección de la cárcel, a que la presencia de estos últimos impide el tráfico de drogas o la introducción de alcohol en el centro penitenciario. La versión que dan fuentes de las asociaciones de familiares y amigos de los presos indica que en realidad lo que la Policía Armada ha hecho es tomar el control de la prisión. El subdirector de Carabanchel negó ayer la veracidad de esta interpretación y subrayó que son los funcionarios los que siguen manteniendo la disciplina en el centro.
En una carta dirigida al director general de Instituciones penitenciarias, Carlos García Valdés, la Coordinadora de Presos en Lucha (Copel) de Carabanchel denuncia los malos tratos que reciben los reclusos. «No se nos permite comprar en el economato, carecemos de jabón, dentífricos, papel higiénico, detergente, no podemos mudarnos al no permitirnos lavar la ropa; nos vemos obligados a alimentarnos exclusivamente del rancho, que cada día es peor; nos obligan a fuerza de golpes, insultos y a punta de metralleta.»
El subdirector de la cárcel niega que sea imposible para los reclusos aprovisionarse del economato, que pueden utilizar durante sus dos horas de paseo.
Por otra parte, la Copel ha enviado un telegrama de condolencia a la familia del recluso Juan Lucas Gómez, de dieciocho años, asesinado recientemente en Carabanchel. «Juan era un verdadero compañero y un hombre en la completa extensión de la palabra, al que nadie tenía nada que reprochar», dice el telegrama, que continúa expresando el deseo de la Copel de que se esclarezcan los hechos. Copel condena en esta comunicación los actos de análoga naturaleza.
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