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Cartas al director
Opinión de un lector sobre una información publicada por el diario o un hecho noticioso. Dirigidas al director del diario y seleccionadas y editadas por el equipo de opinión

¿Miedo a la libertad?

Desde hace un par de años, nuestro país está recuperando todo tipo de libertades; este hecho es motivo de alegría para todos y también ocasión para ejercitar de manera permanente nuestra responsabilidad personal de ciudadanos.Junto a esto, no deja de ser extraño que, fuerzas políticas y sociales que han colaborado decididamente al logro de estas libertades, se paren ante una libertad fundamental: la libertad de enseñanza. La única razón que encuentro a esta contradicción es que tienen miedo. Miedo a que la gente escoja una educación que, por haches o erres, no les convenga a ellos (a esas fuerzas políticas).

Con cierta mala idea -no es mi caso- se podría dudar de la rectitud democrática de esos ilustres señores; quieren libertad para los suyos, pero ponen reparos y obstáculos insalvables a los que no piensan como ellos. Defienden a todo tipo de minorías, a los marginados, a los inadaptados.... me parece justo. Pero no me parece bien -que los mismos que defienden esas libertades- nieguen el pan y la sal a una mayoría de españoles que desea libertad para escoger la educación de sus hijos.

Evidentemente, sus planteamientos teóricos no son tan claros, pero en la práctica -al menos en la práctica que yo conozco- es así, ya que niegan todo tipo de libertad que no sea la suya. Pienso que querer la libertad lleva consigo querer y defender la libertad de los que no piensan como nosotros; y también, que una persona es democrática cuando respeta este principio. Cuando se da cuenta de que la democracia no es la dictadura de la mayoría, sino quelleva implícito el respeto por las minorías, aunque éstas pretendan ir contra nosotros.

Aunque estén en la mente de muchos, quiero citar algunas actuaciones de esas personas. En primer lugar, la situación de asfixia en la que están pontiendo a la enseñanza privada: «El que quiera una enseñanza privada que se la pague; los fondos públicos para la escuela pública.» De esta manera convertirán a todos los jóvenes en alumnos del Estado y a todos los profesionales de la enseñanza en funcionarios estatales.

Se dan soluciones, más o menos válidas, como la del cheque escolar, y las rechazan de pleno. Se le dice que la convivencia de la escuela estatal -pública- y,la privada puede fomentar la competencia y como consecuencia mejorar la calidad de la enseñanza, y lo rechazan diciendo que lo que fomenta es el clasismo. Dan la impresión de que no quieren socializar la enseñanza, sino la ignorancia.

Se les reconocen y conceden la mismas libertades y oportunidades que a los demás, para montar y dirigir escuelas públicas, neutras, laicas, o del signo que quieran; ellos se niegan a conceder o reconocer esta libertad a otros. Dan la impresión de que no quieren la libertad, sino igualitarismo.

Se les admite -porque en nombre de la libertad, así hay que hacerlo- el pluralismo en la escuela pero ellos no admiten la pluralida de escuelas, que es una opción ta digna y respetable como la suya, que también hay que admitir en nombre de la libertad. Dan la impresión de no querer pluralismo sino totalitarismo.

Puede que mi postura tenga múltiples defectos; pero, al menos tiene una virtud: que es la opción que libremente deseo. Esta misma virtud tiene su alternativa, para lo que la deseen. Respetándonos mutuamente todos haremos lo que queremos y, en consecuencia, seremos libres.

Profesor de BUP

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