Alianza Popular reconsidera su actitud ante la Constitución
Una nueva reunión «secreta» para intercambiar puntos de vista sobre los debates constitucionales -especialmente en lo que se refiere a los regímenes autonómicos- se celebró en la tarde de ayer, con asistencia de diputados de Unión de Centro Democrático (UCD) y del Partido Socialista Obrero Español, (PSOE), así como del vicepresidente segundo del Gobierno y ministro de Economía, Fernando Abril.
Paralelamente, los diputados de Alianza Popular celebraron una reunión para reconsiderar su actitud global ante la Constitución, a la vista de estas reuniones.La reunión de Alianza Popular se celebró en la sede del citado partido, si bien la decisión posiblemente adoptada, en función de las últimas negociaciones secretas, no será dada a conocer fuera del ámbito parlamentario. Así lo dio a entender el secretario general de AP, Manuel Fraga, a preguntas de EL PAÍS.
Preguntado por su posición ante el debate constitucional, que prosigue hoy por la mañana, tras los últimos acontecimientos y los pretendidos pactos secretos entre los restantes grupos parlamentarios, el señor Fraga contestó: «Mis opiniones serán formuladas en la Comisión, y sólo allí, de acuerdo con las reglas del juego que Alianza Popular viene defendiendo.»
Sin embargo, el presidente de la Federación de Alianza Popular, Federico Silva, fue más explícito en sus declaraciones a Hoja del Lunes, al afirmar que las «inadmisibles, antiparlamentarias y antidemocráticas» reuniones mantenidas por UCD y PSOE «serán motivo para que reflexione de nuevo Alianza Popular sobre su conducta, conducta altamente generosa al reintegrarse en aras de la convivencia y de la elaboración constitucional el día que lo hizo».
«Respecto de la aceptación o rechazo de la Constitución, Alianza Popular no ha dicho nunca su última palabra, y la razón es muy clara y es -añadió el señor Silva- porque tanto en el momento en que se retiró como en el momento en que volvió, como si ahora se retirase y luego volviese, lo hacemos democráticamente, oyendo a todos y votando todos.»
La posición definitiva de AP fue objeto de cuidadoso análisis en la reunión citada, dada la trascendencia que un eventual desenganche del proceso constituyente por parte de los aliancistas podría tener para la propia viabilidad de la Constitución. Uno de los temas que más pesó en la reflexión de AP fue la repercusión electoral que un rechazo global de la Constitución podría tener para el partido, punto sobre el que las opiniones se encontraban divididas anoche entre los principales líderes aliancistas.
En todo caso, el debate en el seno de la Comisión de Asuntos Constitucionales y Libertades Públicas entra hoy en su recta final, si bien la conclusión de los trabajos para pasado mañana -primer aniversario del 15 de junio- puede quedar en buenos deseos de las fuerzas parlamentarias pactistas, si Alianza Popular decidiera, como se consideraba anoche probable en medios políticos solventes, una huelga parlamentaria de celo, que impidiera la celeridad de los debates.
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