El ministro de Defensa israelí intenta reiniciar las negociaciones con Egipto
Mientras el presidente egipcio Anuar el Sadat rechazaba ayer, por primera vez públicamente, una propuesta israelí para la devolución del Sinaí a Egipto a cambio de un acuerdo de paz por separado, el ministro de Defensa de Israel, Ezer Weizman, proseguía su misterioso viaje por el exterior, presumiblemente por Europa occidental, con el propósito de entrevistarse con una «personalidad política» árabe para tratar de reiniciar las conversaciones de paz entre Egipto e Israel.
La oferta rechazada ayer por Sadat fue presentada, precisamente, por Weizman durante su breve visita a El Cairo, en marzo pasado. El líder egipcio, que se ha manifestado siempre en contra de cualquier acuerdo que no incluya soluciones para todos los problemas de Oriente Próximo, dijo que desechó la proposición porque «no servirá para establecer una paz real» en la zona a menos que no se involucren en el convenio a «las demás partes árabes» relacionadas con el conflicto.Durante una gira militar a lo largo del canal de Suez, Sadat dijo a los soldados egipcios que deben estar preparados para «regresar» a las zonas del Sinaí ocupadas por Israel si El Cairo no consigue recuperarlas mediante negociaciones. «Nosotros liberaremos esa región -manifestó- si Israel insiste en no comprender o en minimizar las iniciativas de paz.»
Su duro lenguaje, ya puesto en evidencia el martes pasado, durante un discurso ante las tropas del segundo ejército egipcio, contrastó con su actitud conciliatoria en ocasión de su viaje a Jerusalén, en noviembre del año pasado.
Sadat no precisó en su alocución de ayer, si la oferta israelí había incluido las colonias judías establecidas últimamente en el noroeste del Sinaí, pero sugirió que así era.
El viaje de Weizman
Es muy probable que el secreto que rodea el actual viaje de Weizman, quien tomó la iniciativa del regreso a Israel. Sus consejeros acaban de indicar que «la menor alusión, incluso la más indirecta, podría comprometerlo todo, y hasta destruir los frutos del viaje».Lo único que se sabe con certeza es que su gira fue decidida y aprobada, apenas doce horas antes de su partida hacia Londres, por el Consejo de Ministros. Para ganar tiempo, el primer ministro Menahem Begin consultó a muchos de sus ministros por teléfono. Todo esto parece indicar que ha sido el misterioso interlocutor de Weizman, quien tomó la iniciativa del encuentro. Se especula también con la posibilidad de que Weizman haya salido en busca de respuesta a una propuesta israelí de última hora.
Sea lo que fuere, los observadores israelíes están convencidos de que la personalidad árabe con la que Weizman debe entrevistarse en Europa es, posiblemente, egipcia. Se trataría, en ese caso -se indica en Jerusalén- de sentar las bases para reiniciar las conversaciones entre El Cairo y Jerusalén, suspendidas en enero último, tras una serie de desacuerdos, sobre todo en torno del futuro palestino.
Si bien no se sabe con quién conversa Weizman ahora, sí se sabe con quién no lo ha hecho durante los últimos días. En Londres no pudo entrevistarse con el ministro de Defensa egipcio, general Gamasi, porque el militar se encontraba ya en Washington. Weizman tampoco se ha encontrado con el rey Hussein de Jordania, puesto que el soberano está en Arnman preparando su próximo matrimonio. Finalmente, en Londres tampoco vio a Sir Marcus Sieff, ya que este posible «contacto» se hallaba fuera de Londres. La única posibilidad se centra, por el momento, en una entrevista con el ministro egipcio de Asuntos Extranjeros, Ibrahim Kamel, durante el paso de Weizman por París. Un tete a tête entre ambos se justificaría en el hecho de que Sadat no confía en el colega israelí de Kamel, el general Moshe Dayan, portavoz, quizá de una línea un tanto más dura que la de Weizman.
Nuevo rechazo sirio
Entretanto, el ministro de Asuntos Exteriores de Siria, Abdul Halem Jaddam, reiteró ayer que su país sigue rechazando las gestiones de paz de Sadat, que calificó de «obstáculos para la unidad árabe».En una conferencia de prensa el ministro criticó también los planes de Estados Unidos de vender aviones de caza a Israel, Egipto y Arabia Saudita.
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