_
_
_
_

España no firmará el Tratado de no Proliferación Nuclear

España no tiene la intención de suscribir el Tratado de no Proliferación Nuclear, lo que en fuentes oficiales españolas no se considera en contradicción con la declaración del ministro de Asuntos Exteriores, Marcelino Oreja, ante la Asamblea General del desarme de las Naciones Unidas, donde dijo: «No queremos ni para nosotros ni para nadie la carrera de armamentos ni los arsenales nucleares.»En su intervención, el ministro añadió: «España seguirá formando parte de los países que no poseen armas nucleares», y añadió más adelante que «los países que poseen armamentos nucleares y que no aseguren la seguridad y los beneficios económicos y tecnológicos que poseen están cerrando el camino a auténticas medidas de no proliferación nuclear».

Las palabras del ministro y la posición de España de no aceptar la firma del Tratado de no Proliferación Nuclear (TNPN) incluyen, una contradicción de forma que en fuentes oficiales han aclarado a EL PAIS de la siguiente manera:

El Gobierno español incluye cuatro puntos claves en su negativa de firmar el TNPN: el primero de ellos se refiere, en síntesis, al trato dicriminatorio que ofrece el Tratado -que entró en vigor en 1970- a las potencias nucleares firmantes y sobre los países desprovistos de la tecnología y del armamento nuclear. Esta discriminación se centra en el hecho de que los países con arsenal nuclear se comprometían en el tratado a un desarme paulatino que no cumplen (véase el bloqueo de las conversaciones SALT y la obligación a países firmantes, también, que no tienen esta tecnología de no desarrollarla.

En segundo lugar, el tratado deja en manos de los grandes la posibilidad de utilizar de manera discriminatoria esta alta tecnología e hipoteca las posibilidades de investigación y desarrollo, por métodos propios, de los países no nuclearizados.

Asimismo, la situación geopolítica de España con vecinos con potencial nuclear (Francia al norte y Gran Bretaña al sur, por su presencia en Gibraltar), más la presencia en el Mediterráneo -y hoy día en las bases USA asentadas en España- de las flotas soviética y norteamericana, ambas con armas nucleares, desaconsejan que España dé este paso casi definitivo sin garantías de un proceso internacional de desarme.

Por último, España no quiere renunciar, a priori, de sus posibilidades propias de desarrollo de esta tecnología en busca de una mayor independencia exterior y teniendo en cuenta sus reservas de uranio. También España recuerda que otros países sin potencial nuclear firmantes del tratado participan en acciones conjuntas y proyectos nucleares en el marco de la OTAN.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
SIGUE LEYENDO

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_