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Marchais acusa a los socialistas de promover la división en el PCF

El contencioso entre la dirección del Partido Comunista francés (PCF) y la base que rechaza su estrategia política y el funcionamiento interno del partido se agrava. Respondiendo a las últimas manifestaciones de la contestación, el secretario general, Georg Marchais, y el dirigente y director de L´Humanite, Roland Leroy, han lanzado una nueva ofensiva condenatoria. En opinión de ambos existe una campaña de prensa contra el PCF cuya punta de lanza sería el Partido Socialista (PS).

El debate, cada día más enconado y amplio, que se desarrolla en el interior del PCF es el más importante conocido por el partido desde que nació en 1922. La contestación actual ha enfilado una trayectoria que, a estas alturas, no tiene una posible marcha atrás. Lo que no se prevé es el desenlace: por una parte, la dirección, diana de todos los ataques, continúa afirmando que no habrá exclusiones, pero si en un primer tiempo advirtió que era ineludible «una respuesta política», ahora ya amenaza con «una respuesta cada vez más viva». Por el otro lado, los protagonistas de la contestación confirman en cada ocasión que no se trata de abandonar el partido, sino de intentar modificarlo desde dentro.El recuerdo del último excluido célebre, el filósofo Roger Garaudy, planea en la memoria de todos lo militantes que hemos interrogado últimamente: «Hay que evitar la marginalización», contestan. Algunos de éstos no excluyen que, en última instancia, «la máquina del partido, segregadora de conservadurismo, una vez más, nos aplaste No hay que olvidar que la gran mayoría de los militantes son esclavos del nunca bien explicado y mal entendido patriotismo de partido».

Tras las manifestaciones anti-dirección del domingo último, en la fiesta de la Liga Comunista Revolucionaria (LCR) y otras declaraciones del mismo género por parte de varios militantes, la dirección ha decidido una nueva ofensiva que no hace prever ni el más mínimo atisbo de apertura, sino lo contrario. El señor Marchais, en una rueda de prensa, consideró argumento irrefutable el que «sólo mil militantes, en total, practican la contestación». El secretario general, como el señor Leroy, acusan a los descontentos de tramar una «operación fraccional», con la ayuda de varios periódicos (Le Monde y el de tendencia socialista, Le Matin, sobre todo). La «punta de lanza» de la referida operación, sería el Partido Socialista.

El filósofo y militante comunista Louis Althusser acusó a la dirección de practicar la «amalgama». Las prácticas de «intimidación ideológica y política, como el informe de Marchais ante el Comité Central, de cuyo debate nunca se supo nada», inducen al señor Althusser a pensar que «Marchais monta pieza por pieza un proceso prefabricado que recuerda otros procesos infinitamente más graves».

Por otra parte, en París se observa con atención la actitud de los partidos comunistas español e italiano ante la controversia generada en el interior del PCF. Ayer los observadores resaltaban que el PCE había enviado representación oficial el domingo último a la fiesta de la LCR, mientras no lo hacía el PCI, aunque este último informa en su prensa ampliamente de la contestación de los militantes galos.

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