La mención de la Iglesia católica, recogida en la Constitución
La mención expresa de la Iglesia católica como una de las confesiones con las que el Estado queda obligado a mantener relacione de cooperación dio origen ayer en la Comisión Constitucional a un debate que fue calificado por el propio presidente de la Comisión señor Attard, como de «inmensa altura». Finalmente se aprobó la redacción propuesta por la ponencia, en la que se garantiza la libertad religiosa y se recoge dicha mención expresa. El artículo 15 fue aprobado con el voto en contra de los socialistas.
El peso principal de las intervenciones en contra de tal inclusión recayó en Enrique Barón, del Grupo Socialista, y en Heribert Barrera, de Ezquerra Republicana de Cataluña, apoyados por Eduardo Martín en nombre de Socialistas de Cataluña. El debate, que todos reconocieron histórico y espinoso, trascurrió en términos moderados sólo rotos por la mención del señor Fraga, de Alianza Popular, a los 7.000 obispos, sacerdotes y religiosos asesinados durante la II República y por la contestación del diputado socialista Gregorio Peces-Barba, que en el turno de explicación de voto recordó la persecución que habían sido objeto muchos sacerdotes en el régimen franquista, hasta el extremo de que se habilitó expresamente para ellos una cárcel entera. Los socialistas estimaron en sus sucesivas intervenciones que la redacción dada en el último momento por la ponencia al apartado tres del artículo 15, en el que se citaba expresamente a la Iglesia católica como sujeto de cooperación por parte del Estado, constituía una confesionalidad solapada y que era un mal servicio a la propia Iglesia católica, así como que se estaba rompiendo el intento de establecer un consenso constitucional.Los comunistas, por su parte -al inicio de la sesión se incorporó Santiago Carrillo-, mantuvieron una actitud especialmente moderada en esa polémica, y aunque votaronjunto con el PSOE, las Minorías Vasca y Catalana y el Grupo Mixto a favor de la enmienda socialista que suprimía la mención expresa a la Iglesia católica, votaron finalmente a favor del texto de la ponencia por estimar que se ahorraba al país uno de sus grandes traumas históricos y se daba un paso para ta consolidación de la democracia.
Se sometieron a votación cinco enmiendas: la ya señalada de los socialistas, derrotada por diecinueve votos en contra (UCD-AP) y diecisiete a favor (el resto); dos enmiendas comunistas para la supresión de la expresión orden público y la introducción de creencias ideológicas, derrotadas por dos votos a favor (PCE), diecinueve en contra (UCD y AP) y quince abstenciones (Socialistas, Minorías y Grupo Mixto); otra del Grupo Mixto en el mismo sentido derrotada por un voto a favor (Emilio Gastón), diecinueve en contra (UCD y AP) y dieciséis abstenciones (PSOE, PCE y Minorías).
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