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Miguel Solano, actual subsecretario, embajador en París

Miguel Solano, actual subsecretario del Ministerio de Asuntos Exteriores, será nombrado embajador ole España en París en fecha próxima sustitución del marqués de Nerva, representante de Madrid en la capital francesa. El nuevo destino del señor Solano, para quien ha sido solicitado el placet al Gobierno francés el pasado sábado, implica tina importante reestructuración del palacio de Santa Cruz, donde se da el nombre de José Joaquín Puig de la Bellacasa como número dos de este Ministerio, en sustitución de Miguel Solano.

El relevo que no cesa parece ser una constante de la actividad administrativa interna del Ministerio de Asuntos Exteriores, donde siempre existen proyectos de reorganización general. Desde el pasado día 15 de junio el Ministerio sufrió importantes cambios en su escalafón administrativo y diplomático: el paso de Javier Rupérez a la secretaría exterior de UCD, el de Fernando Arias Salgado a la dirección general de RTVE y el desglose del tema europeo en favor del actual Ministerio de Relaciones con la CEE fueron los movimientos más significativos en esta permanente evolución administrativa. Ahora la sustitución del subsecretario y del director de la OID completan un círculo de combinaciones internas aún sin completar y que se extiende, desde el pasado Consejo de Ministros, a la esperada renovación de nuestras embajadas. Queda pendiente, no sabemos si congelada o desechada, la llamada operación portaaviones, por la que Marcelino Oreja intentaba especializar el trabajo de los diplomáticos e incorporar al Ministerio técnicos de otros departamentos. La derrota de Oreja en la nominación- y ubicación del mister Europa puso freno a este proyecto.Según fuentes bien informadas, la nominación de Miguel Solano en París habría sido una decisión acordada entre el rey Juan Carlos, el presidente del Gobierno, Adolfo Suárez, y el titular de Exteriores, Marcelino Oreja. Sabidas son las buenas relaciones que La Zarzuela mantiene, de manera asidua, con el palacio del Elíseo y por ello se piensa en un mutuo acuerdo hispano-francés para que el relevo del marqués de Nerva en París, en plena preparación del viaje del presidente Giscard d'Estaing a Madrid, no tenga otras interpretaciones políticas. Se cree que Nerva podría culminar su labor en la capital francesa con este viaje, al que el nuevo embajador Solano asistiría dentro de la comitiva oficial. Para el embajador Nerva no hay destino previsto, aunque se habla de su presencia posible en la presidencia del Consejo Superior de Asuntos Exteriores, si Adolfo Martín Gamero ocupa en el Consejo de Estado la vacante de Cortina Mauri.

Sobre la nominación del nuevo subsecretario existe en el palacio de Santa Cruz y en embajadas españolas un cierto malestar por el salto que José Joaquín Puig de la Bellacasa daría en el escalafón diplomático, pasado de consejero a ministro plenipotenciario (ascenso obligado de todos los subsecretarios), lo que le permitiría al joven diplomático superar más de treinta puestos en la escala. Esta nominación, aún pendiente de confirmación última, se justifica con la idea de la amistad que une el candidato con el ministro Oreja, y ello explica, ahora, la negativa de Puig de la Bellacasa de incorporarse al Ministerio para la CEE, ante el anuncio de su promoción dentro del palacio de Santa Cruz.

Para compensar a los diplomáticos experimentados que esperan una promoción en el Ministerio, se especula con la posibilidad de desglosar la actual Subsecretaría de Exteriores en los puestos, uno político-administrativo y otro específico de política exterior. De esta manera Marcelino Oreja podría enjugar el descontento interno que agita, de un tiempo a esta parte, a la carrera diplomática -recuérdese la indignación ante el anuncio de nominación de embajadores políticos - donde inciden ahora la especialización y las tendencias políticas, de manera importante, en las promociones.

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