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Giscard frena el desarrollo de radios libres

El presidente de la República, Valery Giscard d'Estaing, tiene intenciones de frenar en seco la aparición de radios libres que amenazaban el monopolio francés estatal de radio y televisión. Dentro de seis semanas, el Gobierno presentará una ley ante el Parlamento que penalizará gravemente todo atentado contra el monopolio. En una reunión nacional, celebrada ayer en Montpellier, los representantes de las radios libres (medio centenar) decidieron desencadenar una batalla total contra el presidente.

Un veredicto del Tribunal de Montpellier, hace cuatro días, planteó en Francia la «amenaza» del aluvión de radios libres. Tras el proceso contra una de estas emisoras pirata, «Radio Fil Bleu», promovido por las autoridades, el juez dictaminó que la existencia de una radio libre no contravenía el texto jurídico que avala al monopolio de la radio y televisión.

Pero el presidente de la República ordenó anteayer al Gobierno la elaboración de una ley que defienda al monopolio contra las radios libres. La última ley de radio y televisión, de 1974, según descubrió el Tribunal ya referido, padece de un vacío jurídico que favorece la implantación de emisoras privadas. Y durante las seis semanas que, normalmente, necesita el proceso de aprobación de una nueva ley por la Asamblea Nacional, en Francia podrían instalarse radios libres que, no obstante, se verán confrontadas con las dificultades policiales y administrativas encargadas de defender la integridad del monopolio.

La paradoja

Paradójicamente, Giscard d'Estaing se opone ahora a la existencia de las radios privadas que los giscardianos se estimaba deseaban legalizar para, a medio plazo, bombardear el monopolio estatal de radio y televisión. «Radio Fil Bleu», la emisora procesada y liberada en Montpellier, fue creada por el ala progresista de los giscardianos.Los partidarios de la decisión del presidente explican que Giscard ha sido inspirado por dos temores: la subversión y el dinero. Es decir, que habría querido evitar los excesos políticos y los abusos económicos. El modelo italiano (2.500 radios libres, cuarenta de las cuales en manos de izquierdistas) parece no ha pasado inadvertido en el palacio del Elíseo. Según un dirigente de «Radio Fil Bleu» (emisora giscardiana), la creación de esta emisora hace algunos meses obedeció, entre otras razones, al temor de que la izquierda llegase al poder y, en consecuencia, controlase el monopolio estatal. La superación de este peligro político, estiman algunos observadores, también ha influido en el cambio de orientación presidencial de la política de información radiotelevisada.

Los gaullistas, como los comunistas y los socialistas, se han mostrado partidarios del mantenimiento del monopolio. Pero, por razones diferentes, todos critican la nueva legislación que va a proponer el presidente de la República, por considerar que su único objetivo, cara a las elecciones presidenciales de 1981, consiste en amarrar las riendas del monopolio.

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