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Soares intenta tranquilizar a los portugueses en un mensaje televisado

Reconfortado por el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional con la próxima llegada de los millones de dólares del «grande préstamo» y con las buenas perspectivas de un «sí» formal de la CEE antes del fin del año, el Gobierno intenta un contraataque contra todos sus detractores. Esta es la principal conclusión que se desprende de la intervención de cerca de una hora proferida por Mario Soares el pasado miércoles por radio y televisión.

El mensaje, moderado, muchas veces, conciliador y siempre tranquilizador, del dirigente socialista es una respuesta frontal al último discurso del presidente Eanes y a eventuales maniobras «en las antecámaras del poder». Mario Soares dijo que existe un acuerdo completo entre el Gobierno y el presidente de la República». Con todo, insiste con mucha firmeza sobre la «regla de la selectividad política», basada en el «voto popular en todos los niveles».Esta regla hace que el Gobierno mayoritario PS-CDS no pueda ser sustituido antes de 1980, fecha de las próximas legislativas, a no ser que el presidente de la República decida destituir al actual primer ministro, lo que implicaria «un cambio cualitativo fundamental en las posiciones actuales de los partidos mayoritarios o un conflicto agudo entre órganos de poder, con la única salida de la disolución anticipada del Parlamento».

No es cierto -dijo Mario Soares- que el país carezca de proyecto nacional: está contenido en el programa del Gobierno e incluye la recuperación económica, la integración europea y la creación de una sociedad «más justa, más solidaria, más igualitaria».

En el terreno de las relaciones laborales, donde, el presidente Eanes veía esencialmente indiscipllna, incompetencia, corrupción y nepotismo político, Mario Soares subrayó el sentido, de responsabilidad de los trabajadores portugueses, recordando que a pesar de la degradación del nivel de vida, el porcentaje de absentismo bajó de un veinticinco a un 5%, siendo el más bajo de Europa, así como el número de horas perdidas por hecho de huelga.

Por su parte, los empresarios ya no tienen motivos para desconfiar. El Gobierno ha manifestado su buena voluntad al cesar en su intervención en empresas importantes. Las indemnizaciones han sido postergadas para atender «exigencias prioritarias», pero la legislación, que permitirá fijar su importancia y las modalidades de su movilización, será adoptada antes del fin de mes.

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