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Debate constitucional

Polémicas doctrinales y ataques personales

Los dos primeros puntos del artículo primero de la Constitución dieron lugar ayer a un debate en el que no hubo serios enfrentamientos ideológicos ni políticos, pero sí polémicas que unas veces rozaban lo doctrina¡ y en otras ocasiones se traducían en exclusivos ataques personales. Varios enmendantes criticaron que el rechazo de las enmiendas no fuera suficientemente razonado en el informe escrito de la ponencia, de lo que en nombre de esta se disculpó Gabriel Cisneros por las distintas posiciones que convivieron en su seno. Resumimos las intervenciones más destacadas.Heribert Barrera (Esquerra Catalana). Es muy importante configurar al Estado español -o a España, que si se define bien, no tengo inconveniente en aceptar el término- como una «comunidad de pueblos». No digo «comunidad de naciones», que yo preferiría, sino que intento llegar a términos válidos para todos.

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Francisco Letamendía (Euskadiko Ezkerra). Propongo que se diga «Estado español», en lugar de España. Para ello, me baso en que Euskadi es una nación, que histórica in ente surge entre los Estados francés y español. (Al intentar hacer un análisis histórico sobre Euskadi, el presidente de la Comisión, Emilio Attard, le llamó a la cuestión). Estaba justificando la existencia de varias naciones, como integrantes del Estado español.

José Miguel Ortí (UCD). En el artículo primero debe definirse la forma estructural del Estado. Personalmente, soy favorable al Estado unitario, que no quiere decir Estado centralizado, sino que es compatible con la regionalización.

Antonio Carro (AP). Todas las características esenciales del Estado -tales como «Monarquía democrática, social y plural»- deben ir en el artículo primero, así como sus principios inspiradores.

Gregorio Peces-Barba (PSOE). La fórmula del apartado primero del artículo primero es una de las más perfectas del anteproyecto. La existencia de España no excluye la de otras naciones en su interior. No toda nación es un Estado independiente, concepción liberal anticuada, que defendida por el señor Carro, le sitúa donde yo hasta ahora no le concebía: en un anarquismo existericialista...

Antonio Carro. Lo de «anarquismo existencialista", no tiene sentido, como no sea por ganas de molestar. (Risas.)

Gregorio Peces-Barba. Atendiendo a la indicación del señor Carro y por respeto a los anarquistas y a los existencialistas, retiro mi alusión.

Raúl Morodo (Grupo Mixto). Estoy a favor del Estado social y democrático, pero por tradición debería decirse también «fundado er el trabajo», aunque no insisto en esta enmienda.

Gabriel Cisneros (UCD, como ponente). El concepto de «Estado español» aparece en la Constitución de 1931 en su sitio, pero no en el artículo primero. La enmienda del señor Letamendía se contesta sola, por cuanto viene a pedir que el Estado español se constituye en Estado de Derecho. En cambio, en el artículo primero Úl anteproyecto figura un mínimo de horizonte utópico. Por otra parte, la expresíón «fundado en el trabajo» no tiene una gran tradición. Surgió en la Constitución soviética y después en la española de 1931 y luego en la italiana.

Xabier Arzallus (PNV, tras la votación del apartado primero). Me he abstenido en la votación de la enmíenda del señor Letamendía y he votado a favor del texto final, porque no encuentro diferencia fundamental entre una y otro, ya que se acepta que España es un Estado.

Heribert Barrera. Coincido con la enmienda del señor Carro al apartado segundo, porque reconoce que en el pueblo reside la soberanía.

Antonio Carro. Me preocupa que el señor Barrera diga que coincide con mi enmienda, porque en mi interpretación la soberanía es una, indivisible e inalienable. Una soberanía divisible, en función de los distintos pueblos, es una heterodoxia. Retiro la enmienda.

Eduardo Martín Toval (Socialistas de Cataluña). Mi grupo hace suyo el texto que retira el señor Carro. La soberanía nacional y la popular son conceptos divergentes que confunde la ponencia. La soberanía es del pueblo, no de la nación.

Gregorio Peces-Barba. La soberanía nacional es un concepto jacobino que está anticuado y se vincula al principio de las nacionalidades del siglo XIX. Es un anacronismo técnico. Modernamente, lo correcto, científicamente hablando, es la soberanía popular.

Oscar Alzaga (UCD). El debate se va por derroteros doctrinarios que nos alejan del necesario consenso. España no es un país tercermundista. Tiene una tradición secular que debe respetarse.

Gregorio Peces-Barba (en la explicación de voto). Hemos votado a favor de la enmienda y de la propuesta de la ponencia porque nuestro planteamiento era sólo técnico, y para que quede constancia de nuestra no complicidad con el texto aprobado, del que no discrepamos políticamente.

José Pedro Pérez Llorca (UCD). Quedará constancia también de la nueva figura penal incorporada por el señor Peces-Barba al parlamentarismo: la complicidad, que él ha, calificado de no peyorativa.

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