Sepelio del guardia civil asesinado en Pamplona
El gobernador civil de Cáceres, Luis García Cazalla, hubo de salir escoltado por la Policía Armada al abandonar el cuartel de la 222 Comandancia de la Guardia Civil en Cáceres, poco después de la llegada de los restos mortales del guardia civil asesinado en Pamplona recientemente.Miembros de extrema derecha que se habían congregado horas antes, ante la puerta de la comandancia increparon al gobernador civil y gritaron diversas frases contra el Gobierno. Ante la tensión que se iba creando, fuerzas de la Policía Armada protegieron al gobernador hasta el automóvil que le conduciría a la sede del Gobierno Civil.
También durante el entierro estuvieron presentes militantes de Fuerza Nueva y de la Falange, portando banderas nacionales. A lo largo del recorrido del cortejo fúnebre se escucharon también gritos contra el Gobierno y vivas a la policía.
El féretro que contenía los restos mortales del guardia Manuel López González fue llevado a hombros por miembros de la Guardia Civil, seguido de una treintena de coronas de flores que portaban números de la Policía Armada y Guardia Civil. La comitiva partió desde la catedral en donde se celebró el funeral hasta el cementerio municipal. La sede del PSOE, por delante de la cual pasó el entierro, se encontraba vigilada por la Policía Armada.
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