Nuevo caso de supuesto espionaje para la URSS en Suiza

La prensa suiza, en grandes titulares que superan a la información misma y basándose en una primera noticia que lanzó el sábado último el diario Tat, de la Suiza alemana, dio cuenta en el día de ayer de la suspensión de sus altas funciones en la oficina central de Defensa helvética, por sospecha de espionaje en favor de la Unión Soviética y otros países del Este, de un ciudadano suizo de origen ruso, cuyo nombre no será revelado «hasta que comience el juicio», según fuentes oficiales.

Las primeras dudas sobre las «funciones extralegales» que habría estado cumpliendo este alto funcionario se registraron en el seno de la policía federal, que entregó un informe al departamento militar federal, del que depende la oficina central de Defensa de este país.

La ambigüedad del caso, por ausencia de información oficial que dé más detalles sobre la medida que recayó sobre el funcionario -civil, pero con acceso a documentos que podrían comprometer la seguridad nacional-, unido al hecho de que hasta el domingo -según alguna prensa- no se encontraba en prisión, sino «tranquilamente en su domicilio», ha servido para que ayer obtuviera cierta credibilidad la versión según la cual el afectado, efectivamente, mantenía algún tipo de relaciones con autoridades soviéticas, pero sólo con el objeto de lograr la autorización para que algunos de sus parientes pudieran abandonar la Unión Soviética.

El último caso de espionaje comprobado por los tribunales militares helvéticos ocurrió el año pasado, cuando fue condenado a dieciocho años de prisión el brigadier suizo Jean Louis Jean-Marie, acusado de revelar secretos a la URSS durante más de tres años a través de funcionarios diplomáticos soviéticos de la embajada en Berna.